La golondrina, la mierda de vaca y el gato traisionero

•jueves 7 octubre 2010 • 3 comentarios

Buenos días hermanos míos en la fe.
He pensado que para empezar el día con cara de buena persona, nada mejor que orientaros en vuestro largo caminar por la senda de la vida contándoos una aleccionadora fábula sobre la amistad, el cariño y, por qué no decirlo, la cacota. Prestad atención, amiguitos, y vosotros también que estáis en vuestras casas:

Una bandada de golondrinas se preparaba para migrar a aires más cálidos, puesto que llegaba el invierno. Pero una de ellas, toda chula y ufana, se quedó en el sofá fumándose un flai y tomándose un güisqui. Sus amiguitos le decían: «Levanta el culo, y tira parriba, que te va a pillar la rasca y se te van a congelar las alas» a lo que la golondrina respondía: «anda, iros a tomar por saco, que voy toa siega. cuando me baje la pájara ya sus pillaré». Así, la golondrina se quedó en el sofá con el medio jamacuco y cuando despertó, con un resacón de la leche, exclamó: «Otia puta! que me he sobao!» Y echó a volar, sin ni siquiera pintarse, esperando que sus amiguitos se hubieran parado en el putiferio aquel que había por Marrakech, donde ya empezaba a hacer calorcillo, y ahí les alcanzaría seguro pues era parada obligatoria, que había ahí unas pájaras que quitaban el hipo y hasta el dolor de juanetes.
Pero… Ah, insensata! Con tó el sebollón se había columpiao demasiado y fuera hacía un frío de la jostia, conque tal como dijeron sus amiguitas sus alas se empezaron a entumecer. Cada vez le costaba más mover las alas! Perdía altura! Poooobre golondrina! Adonde le habían llevado las drongas sino a una muerte segura! La golondrina cayó finalmente al suelo donde panza arriba esperó pacientemente la muerte. bueno, pacientemente no, que se había dejado el chinolo ful con las prisas y llevaba una asfixia que no te digo ná.
A punto estaba de morir cuando una vaca que pasaba por ahí, sin reparar en la moribunda golondrina plantó un peaso tordo, vulgarmente conocido como cacho mierda, que sepultó a la golondrina. Con el calorcillo de la hez, la golondrina se sintió revivir y tal fue su euforia por haber burlado a la parca que exultante de felicidad empezó a cantar como sólo las aves saben hacerlo: «pirripipí pirripipí, qué de puta madre se está aquí!» Pero hete aquí que un gato, atraído por los cantos de la golondrina, se acercó al truño, la miró con ojos tiernos, la cogió dulcemente con sus patitas, la sacó del mierdón, la lavó con cariño… y se la comió!
Esta fábula no tiene una moraleja, sino tres:

-No todo el que se caga en tí te querrá mal
-No todo el mundo que te saca de una mierda va a ser tu amigo
-Si estás a gusto entre la mierda… cállate.

Cagüenlaputaqueparió…

•lunes 27 julio 2009 • 11 comentarios

…a los que llevan el coche como si estuviesen jugando al Need For Speed.

Me entero anteayer de que el jueves pasado el administrador de mi querido (y único) foro «ángeles caídos» (ver blogroll) sufrió un accidente bastante grave cuando corría por su barrio.

Por qué corría? Huía de la pasma? le perseguía el sastre?

NO! Sólo hacía footing. Sólo intentaba cuidarse un poco, a sus treintaypocos.
Bien por él, aunque el cuidarse casi resultó más letal que el fumar.

Por lo visto al cruzar una calle un coche que iba demasiado rápido (no sabemos cómo de rápido) le metió un viaje en el que acabó con no sé cuántas costillas rotas y fractura de cráneo.

Afortunadamente, pasadas las horas críticas parece que va respondiendo lenta pero favorablemente, aunque hasta que no abra los ojos y pida un cocidito madrileño voy (vamos) a estar con un nudo en las tripas.

Puestos a reflexionar, y para seguir en mi línea de puto amargao, aprovecho para hacer chanza acerca de los conductores que ponen el grito en el cielo cuando les obligan a circular a 30 por hora en las calles interiores de los barrios de Barcelona (al menos que yo sepa), a 50 en las vías anchas y a 80 en las autovías.

No os gusta que os levanten el piececito del acelerador? Pues vendeos el puto coche, manga de gilipollas, así al menos sacaréis algo de pasta para haceros un injertito de virilidad, que por lo visto es lo que intentáis suplir llevando el puto coche como gorilas en celo rebozados en testosterona.
Tenéis prisa? Salid antes.
Tenéis MUCHA prisa? Salid MUCHO antes.
Os queréis matar? Os podría sugerir métodos más indoloros para vosotros y para los demás.
Os gusta la velocidad? pues os vais al puto dragon khan y os dais vueltecitas hasta que la inercia os mande el ojete a la boca por vía endogástrica.

Pero por favor, revisad el barrio sésamo:
30 significa treinta. Hay una agujita que lo marca claramente.

Supongo que si algún conductor que responda al perfil arriba citado (suponiendo que no sea iletrado además de anumérico) querrá hacer un comentario.

En serio, os lo podéis ahorrar si queréis evitar parecer más basura cuadrúpeda e indocumentada de lo que ya sois.

La misma noche, casualmente, yendo a por tabaco, un motorista (con su moto, obviamente) salió de entre dos coches dispuesto a saltarse el semáforo (fíjate tú, además de iletrado, anumérico y gilipollas, daltónico. Quién da más?) y me fue de medio metro.
Por suerte sólo me dio en el codo con un espejo, de lo que únicamente conservo una costra que desaparecerá y yo tan feliz.

Veremos cómo le va a Jesús, mi amiguete, cuando abra los ojitos.

Un abrazo, nen! Abre los ojos que madrid es menos interesante si no tengo buenos amigos andando por ahí.

La hipocresía con lacito queda más mona.

•viernes 17 abril 2009 • 6 comentarios

Ahora resulta que la Conferencia Episcopal promovió los lacitos de color blanco como símbolo de amor a la vida, de rechazo al feticidio, en un acto de hipocresía sin parangón.

No es que vaya a soltar una diatriba acerca de lo ético o antiético del aborto puesto que aún teniendo opinión debo mirar el tema un poco desde fuera ya que como jamás pariré, ni abortaré, ni tendré depresiones post-parto, ni post-aborto, ni sabré lo grande que es ignorar el dolor para traer un hijo/a al mundo, pues mejor me callo con el temita.

Así pues, una opinión al respecto quedaría tan hipócrita como la postura de la Iglesia.
Tan hipócrita como las afirmaciones del Paparina Ratzinger acerca del condón y el sida.
No debería hacer falta recordar un comentario que ha dado la vuelta al mundo, pero como soy tan enrrrrrollao, ahí va: «El preservativo es completamente inútil para prevenir el contagio de sida. Es más, lo empeora».
Y esto, si lo hubiese dicho sentadito en su poltrona, en su micro-estado de capellanes mafiosos, caraduras, mentirosos e hipócritas (valga la redundancia), pues mira, uno pensaría «mira, el yayo chochea. Tú ni caso».
Pero es que el muy hijo de puta lo suelta nada menos que en un viaje a África, el continente más castigado por la enfermedad.
De verdad, hay que ser muy, pero que muy cínico e hijo de puta.

Además el lacito blanco ya se estiló cuando había que reclamar la paz en el mundo, aunque después cambiásemos de canal cuando las imágenes de guerra y hambre nos hacían sentir culpables por estarnos comiendo un filete en la paz y armonía familiar.

Pero claro, lacitos hay de todos los colores.
Rojos para el sida, verdes para el cáncer en general, amarillos para el de próstata en particular, rosas para el de mama, azules contra el terrorismo, violetas para «seguro que hay algo»…
Un solidario de postal debe tener un perchero sólo para tener los lacitos ad hoc para cada ocasión.

Veamos un ejemplo:

– Cariño, crees que el lacito rojo sienta bien para la corbata azul?
– Uy, no, para nada. Así parecerá que eres solidario con el Barça.
– También es verdad… Poca falta les hace…
– Si te pones la camisa blanca el lacito azul oscuro te quedará bien.
– Pero cariño, que hoy es el día mundial del sida, y el azul es contra el terrorismo!
– Y qué quieres? ir con la corbata Naranja, el lacito rojo y el traje gris? Parecerás el Carrascal! No seas hortera!
– Pues ya me dirás…
– Nada, nada, el azul. No pienso salir de casa contigo si vas dando el cante.
– Jo, pero es que el azul no pega, hace tiempo que la ETA no se carga a nadie.
– Pues ponte el negro, que combina con todo.
– Pero si no se ha muerto nadie.
– Anda que no! Piensa un poco: Si te pones el negro te muestras solidario con las personas que mueren de sida, de hambre, en la guerra, en atentados terroristas, por el cáncer de próstata, por el de mama, por el de pulmón, por ablación de clítoris y por la gripe caballuna.
– Pero… Es que todo eso tiene su propio color.
– Ya, pero es que son colores más alegres. Esos mejor para el verano.
– También es verdad. Me pongo el negro y santas pascuas.
– Pues venga, apúrate que si llegamos tarde nos quedaremos sin ostras, y una cena benéfica no se hace todos los días.
– Vale. Has cerrado el gas?
– Sí.
– Y las botellas? las has separado para reciclar?
– Uy, no! Tendré que ponerme un lacito verde para acordarme!
– Ese no es el del cáncer?
– Sí. Bueno, es igual. Total, casi nadie recicla…
– Venga, vámonos, que tienes razón. Aún nos quedaremos sin ostras.

¿Y la moda de las pulseritas de goma?
¿no se suponía que eran porque el ciclista aquel tenía cáncer de nosequé?
¿Y de qué tienen cáncer los niñatos de High School Musical? Porque de esas también he visto…

Pitillos, lápices y la madre que parió al teléfono.

•lunes 26 enero 2009 • 16 comentarios

La verdad, yo no sé a otros fumadores, pero a mí la ley antitabaco de Enero de 2006 según la cual quedó estrictamente prohibido fumar en los centros de trabajo me puso en un aprieto más o menos serio.

De tantas veces que he intentado dejar de fumar he terminado por darme cuenta de que más que una adicción puramente química -que también hay de eso, y mucho- mi rutina de fumador se rige por una serie de actos cotidianos que el paso del tiempo ha convertido en mecánicos, desde la mano que busca sola el paquete de tabaco en la mesilla de noche cuando suena el despertador hasta sacar el piti en las escaleras mecánicas del metro, por decir algo.

Pero si algo he llegado a echar en falta de verdad es fumar mientras hablo por teléfono. Era como si estuviese adiestrado para ello. Igual que se enseña a los perritos a asociar un sonido con una orden, el timbre del teléfono me hacía sacar un pitillo de forma automática.

Cuando la prohibición entró en vigor no sabía qué hacer cuando sonaba el teléfono. Probé los más variados sustitutos sin éxito: caramelos, juguetear con la barba -la mía-, tamborilear con un boli… Nada parecía funcionar.

Pero un día empecé a emborronar una hoja con dibujillos y por fin encontré algo que me distraía lo bastante la atención como para hablar por teléfono y estar haciendo otra cosa al mismo tiempo.

La inmensa mayoría de estos dibujos acaba traspapelado en pilas de impresos, notas o directamente en la papelera. Pero hoy he rescatado un par de ellos.

 

1

2

Lo que pasa es que a veces me asalta el terrible pensamiento de que también soy incapaz de dibujar sin un sigarro en la mano izquierda… pero en esa tengo el teléfono… y en la ofi no se puede fumar!

Qué sinvivir, qué desazón!

Me voy a fumar un piti a la calle.

•viernes 28 noviembre 2008 • 17 comentarios

lula

LULA

15 de enero de 1998 – 28 de noviembre de 2008

Bon viatge, peluda.

Mai t’oblidaré.

Si Amor fuese palabra esdrújula.

•viernes 10 octubre 2008 • 8 comentarios

Dame tu estupendez y un pergamino, siendo el acusado la latita de atún que dejé en tu mesita derecha, aquella que sin evitar subir la lavadora por el ascensor de servicio andaba dando tumbos al filo de los estornudos de un perro atorrante, que sin oficio ni otras consideraciones posteriores, untaba paté de moscas en las magdalenas de tu desánimo.

Ten en cuenta, sin embargo, que es necesario que indagues con ahínco acerca de la superpoblación de calcetines de rombos en aquellos aciagos días en que las industrias conserveras conservadoras conservaban a los conversos entre largas conversaciones. 
Cosas de la involución, supongo, aunque no estoy del todo seguro de que sea un aye-aye en celo. Si he de serte sincero, lo sé… pero no me atrevo a afirmarlo porque estoy empezando a embelesarme con la belleza de tu colección de triciclos.

Por supuesto, no dejes de recordar la calculadora alimentada por energía centrípeta que un día nos unió, pero al fin y al cabo… qué más da? En serio! Siempre nos quedará la sobrasada de cabrón, aquella misma que en tiempos de guerra ostentaban las viejas roñosas que desfilaban balanceándose en mis ineptitudes hasta darse de bruces con hondas tristezas meta-cristianas.

No dejes que la tiña se apodere de tu páncreas! 
No dejes que los placebos se entremezclen con tus concavidades!
No!
De verdad!
No vale la pena ser lo que fuiste si un día soñaste que hubieses podido ser amiga de mi mechero de gasolina normal. 
Tuve uno de gasóleo de calefacción, pero el invierno pasado ardió, dejándome aturdido en la cuneta hasta que apareció aquel que tenía que aparecer en ese mismo instante, quien me regaló sus escasísimos bienes, a saber, una moneda de tres yenes, un carromato de bacon con nata y unos segundos de priapismo que me hicieron sentir tan feliz que tuve que partir todas las galletas a trocitos.

De modo que, para resumir un poco todo lo que se dijo en el tratado de la facción peninsular de Bangla-Desh, trataré de explicarme con toda la claridad que me permitan los chorizos que emergen de tus fosas nasales.

Para empezar a entenderlo todo debes abrir tu mente y dejar fluir a los cocodrilos que pastan bajo tus adorables amígdalas, y hecho esto, prestar atención a la conversación que tuve con un zapato londinense:

– Hola!
– Te conozco?
– Tú eres un zapato…
– Lo sé. Siempre lo he sabido. Y no me avergüenzo
– Pero estás hablando.
– Cierto…
– Pero los zapatos no hablan!
– Entonces qué haces hablándole a un zapato?
– Tienes razón, ya no te hablo.
– Antipático!
– Por qué me insultas?
– Porque no me hablas.
– Cómo quieres que te hable si eres un zapato?
– Eso no es motivo para ser desagradable.
– No habíamos quedado en que los zapatos no hablan?
– Quién ha dicho eso?
– Tú.
– No, yo he preguntado qué haces hablándole a un zapato.
– Y?
– Y nada, sólo era curiosidad. No todos los días se ve a un tipo hablando con un zapato.
– En eso tienes razón.
– Le das la razón a un zapato?
– Bueno, es un caso excepcional…
– Hablar con un zapato?
– Al menos lo es el hecho de que un zapato tenga razón.
– Qué?
– Qué de qué?
– No te he oído, acaba de pasar una mosca del vinagre.
– Y eso que tiene que ver?
– Es que soy de Londres.
– Acabáramos! No entiendo nada.
– Por qué te extrañas? Hay muchos zapatos en Londres.
– Y todos hablan?
– No, los zapatos no hablan.
– Pero tú hablas.
– Sí.
– Y eres un zapato.
– Sí, y de Londres. 
– Ya me lo habías dicho.
– Claro, pero tú no lo habías entendido.
– Y sigo sin entenderlo.
– Londres está en Inglaterra.
– Lo sé.
– Y en Inglaterra hay zapatos.
– Como en todas partes.
– Lo entiendes ahora?
– …
– Espera!
– Qué?
– Mi paraguas! 
– Qué?
– Había quedado con él para ir al cine.
– Al cine?
– Si… Quiere ver «Los paraguas de Cherburgo». Dice que el protagonista está bueno.
– La película no está mal…
– Bueno, la verdad es que yo prefería ir a «Las Sandalias del Pescador»…
– Lógico.
– Hola!
– Hola, cari.
– Ejem… Hola!
– Sueles hablar con los paraguas?
– Oh, yo sólo hablaba con tu… novio?
– Hablando?
– Sí.
– Los zapatos no hablan. Y tú, te tengo dicho que no hables con desconocidos.
– Sí, cari.
– Vamos, no quiero perderme los créditos.
– Si, cari. Adiós, amigo.
– Adiós, zapato. Adiós, paraguas.
– Los paraguas no hablan.

Sólo espero que hayas sacado alguna conclusión porque lo cierto es que desde aquel día siento el corazón lleno de escarabajos, el hígado no me soporta y yo sólo tengo ganas de comer pipas con sabor a vichysoisse.
Al menos pude captar la moraleja que se escondía tras aquel argumento impagable que nunca pedí pero que tuve que soportar porque no tenía más remedio que coserme el forro de mi cajita de apagavelas al dorso de una estampa de San Nicolás del Puerto, tan guapo que era y sin embargo con el ano tan lleno de forúnculos. A él le rezo para que el amor sea, algún día, palabra esdrújula.

Extraído del bloc de notas rojo.

Dadá en Hostafrancs

•sábado 4 octubre 2008 • 17 comentarios

No es precisamente la receta para construir poesía dadaísta de Tzara, pero servirá.
Me daba taaanta pereza ponerme a recortar revistas… Así que he agarrado un libro y he copiado la primera frase de la página derecha.

Corresponde a fragmentos de la novela «La aventura del tocador de señoras» de Eduardo Mendoza.

Mi más sentido pésame
Por Magnolio Arderiu

Fijó en mí su atención
En toda la mañana.
A colocar en su sitio
y salir de naja.

Y ella conducía
como era tal cual,
acompañando pasada la medianoche
otra madera noble de los peldaños.

La masiva presencia del realizador
¿Qué tonterías está diciendo?
Aguas bautismales… o freáticas
de su difunto padre.

Una simple cagarruta en el tablero de ajedrez
de mis antepasados, porque soy animista
¿Ha traído el coche?
¿Has cenado?

Una vez más pedí
Conque me hizo entrar en su piso.
Luego de repente
insistía en que me casara.

Yo me fui a estudiar al extranjero…
y se vaya a la mierda
para una visita familiar
hacía más de media hora.

No deben ustedes confundir
en el áfrica ecuatorial
poseíamos documentos altamente perniciosos
y este disfraz tan chungo te cae que ni pintado.

–Koniec–

Los Pitufos y las grandes conspiraciones

•lunes 29 septiembre 2008 • 14 comentarios

En todo internet ya se habla de la faceta visionaria de Yvan Delporte (* 1928 – † 2007), editor y guionista de Éditions Dupuis y co-creador de los pitufos junto a Peyo.

Pero… ¿Por qué visionario? ¿Por qué poner a un guionista de comics infantiles (con todos los respetos, se entiende) casi al nivel de Julio Verne?

Veamos:

Durante décadas todo el mundo creyó que George A. Romero fue el precursor del subgénero del cine de zombies-infectados-caníbales-agresivos, que estableció un antes y un después en el cine de terror y dinamitó el personaje zombie creado por magia negra (y llevado al cine por Victor Halperin en «White Zombie», con Bela Lugosi).

FALSO!

Sólo hay que echar un vistazo al álbum «Los pitufos negros» para darse cuenta de que Peyo y Delporte crearon el género, aunque en cómic, nueve años antes (1959) en la primera historia donde los Pitufos eran protagonistas absolutos.

pitufos negros

En ella, los pitufos se enfrentan a una amenaza que puede acabar con su pueblo: La mosca «Bzz», que tiene más mala leche que la tsé-tsé, transmite una enfermedad que convierte en un pitufo negro y rabioso a todo pitufo a quien pica, y además todo pitufo infectado que muerda a otro pitufo se convertirá a su vez en un pitufo negro.

contagio

pagina

En la historieta vemos prácticamente todos los tópicos que han marcado el género zombie/infectado a lo largo de su historia, a saber, un contagio vírico (pienso sin ir más lejos en 28 días después) de origen desconocido (La noche de los muertos vivientes), el zombie capturado para experimentar con él, iniciativa que saldrá como el culo (El día de los muertos), el zombie pensante capaz de trazar estrategias (La tierra de los muertos vivientes, El regreso de los muertos vivientes) y así tantos otros.

ataque

La admiración que despierta en mí G. A. Romero, aún costándome horrores perdonarle las dos últimas entregas de su saga me impide afirmar que es un farsante, pero no puedo evitar preguntarme ¿Es posible que hubiese leído «los pitufos negros»?

¡Pero esto no termina aquí!

En 1970, Delporte y Peyo lanzaron «El Cosmopitufo» y a día de hoy resulta cuanto menos chocante su argumento, más aún si consideramos que su publicación fue un año después de la llegada del hombre a la luna.

cosmopitufo

Su sinopsis:

El Cosmopitufo es un soñador. Vive con la ilusión de alcanzar las estrellas, volar por el espacio a otro planeta, por lo que decide construir un cohete (a pedales, el muy inocente) que le hará salir de la atmósfera y viajar por el cosmos.

viñeta

cohete

Por supuesto, el Gran Pitufo (no «Papá Pitufo», no jodamos) sabe de antemano que el invento jamás funcionará, por lo que para no desilusionar al Pitufo Soñador le narcotiza y con ayuda de todos los pitufos transporta el cohete a un paraje desértico y da a beber a toda la tribu un brebaje que les convertirá en unos seres distintos.

El pitufo soñador creerá que que ha viajado a otro planeta, sin darse cuenta de la farsa

droja

llegada

A estas alturas ya habréis adivinado que este argumento es una clarísima premonición de las dudas que recientemente han salido a la luz acerca de si el hombre había o no llegado a la luna.

Quizá Delporte jugase con ventaja al incluir de manera taimada esta duda conspiranóica en una historieta infantil, un medio al que difícilmente la NASA o el gobierno estadounidense prestarían atención, colando el mensaje de manera subliminal en la mente de millones de niños, los cuales años después pondrían en tela de juicio la veracidad de las imágenes que el 20 de julio de 1969 llegaron a todos los hogares del mundo.

Las preguntas son varias:

¿Cuántos habrán caído en la cuenta de que la duda vino inducida por los mismísimos pitufos?

¿Qué resortes psicológicos accionaría Delporte en su guión para penetrar en la mente de los niños y que la conspiración se activase con efecto retroactivo?

¿Calcularía Delporte el momento de su muerte para salir indemne de la conspiración?

¿Es en definitiva, el golpe perfecto contra los delirios de grandeza del ser humano?

Para que luego se ponga en duda el poder del cómic como medio de comunicación…

Fe de erratas: Leyendo la entrada que Ivanchu ha publicado el su Gruñiverso me he dado cuenta de que «los pitufos negros» se publicó en 1963 y no en 1959, que fue en realidad cuando aparecieron las primeras historias cortas de los pitufos antes de «los pitufos negros», que fue sus primer album largo como personajes principales. Sorry!

Nota cultural de Septiembre 2008

•martes 23 septiembre 2008 • 1 comentario

Si tenemos en cuenta que el exoesqueleto quitinoso de un Acerbus Petræ Cibicida (comepiedras verde) es capaz de soportar una presión de 500 nµ (nanojulios) recuperando inmediatamente su forma original llegamos a la conclusión de que estrujarle las pelotas a un avestruz rabioso no es lo más recomendable si se quiere ser cosmonauta.

Nota Cultural de Julio 2008

•lunes 28 julio 2008 • 4 comentarios

Los más prestigiosos estudiosos de la Biblia han llegado a la conclusión de que al Evangelio según San Mateo le faltan páginas, cuyos manuscritos fueron extraviados durante el milagro de los panes y los peces. A falta de papel de periódico, pues tan difícil resultaba encontrar un quiosco en pleno desierto, era lo único decente para envolver los arenques.

Váyase usted a la…

•lunes 28 julio 2008 • 12 comentarios

Hace unos días, en una de mis compras nocturnas al Opencor, tuve una breve conversación con la encargada del turno que me hizo reflexionar acerca del trato que se dispensa al cliente y, por extensión, al prójimo sea cual sea su status en la cadena comercial.

Compro regularmente en este supermercado desde su inauguración, y sí, ya sé que son El Corte Inglés, ya sé que son caros y que normalmente de cinco cosas que buscas una no la tienen. Que siempre podría comprar en el paqui, pero es que ni de eso tengo tiempo porque éste cierra a medianoche, y a esas horas aún me quedan unos cuantos pares de cosas que hacer (amén de ser tanto o más caros que el Open, con la ventaja de que los paquis se saltan a la torera la tontísima normativa de no vender bebidas espirituosas pasadas las 11 de la noche, sobre eso ya escribiré en otra ocasión que también tiene su miga), de modo que podéis censurarme por engordar las arcas de estos derechones explotadores, aunque sea con mi simbólica barrita de pan (carísimo, ande vamos a llegar!) y alguna tontería para llevarme a las muelas (marca El Corte Inglés, más baratica aún a costa de la flagrante extorsión que ello supone a los proveedores de producto bruto).

Venga, ya está…no me voy más por las ramas, que tengo tendencia a ello y no precisamente por estar absolutamente convencido (que lo estoy) de que nuestra especie (la humana, no la gilipollas aunque suene redundante) desciende del primate.
Vaya… ya me estaba subiendo a la parra otra vez. Dejemos también las aseveraciones evolutivas, que no quiero que la Iglesia Católica, Apostólica y lo que sea -que es muchas más cosas que me guardaré- se me mosquee, que ya andan revolucionaos con el asunto de la contribución a la Sagrada Institución en las declaraciones hacienda.

El caso, a ver si me centro de una vez, es que desde hace más de un lustro voy con regularidad a hacer mis compras «de urgencia» al Opencor y por supuesto conozco de algo más que un «hola» a prácticamente todo el personal del local. Incluso me sé sus rotaciones horarias y hasta quién me va a poner el pan más tostado o a quién puedo pedirle que me mire en el almacén si quedan pepinos, que parece que se les han terminado.
Por supuesto, ellos también me conocen a mí y nada más entrar me preguntan por el perro, me señalan la panadería por si han de acompañarme (y así se ahorran escuchar el impertinente timbre) o se maravillan de lo que me resaltan las orejas cuando me corto el pelo.

Pero hay un detalle que me mosquea.
Me llaman de USTED. Incluso han llegado a calificarme de SEÑOR. Y peor aún, de CABALLERO.
Y podéis creerme: Jamás he ido al super con armadura, y menos con corbata (tengo la teoría de que limita el riego sanguíneo al cerebro, así va el país con tanta corbata tomando decisiones).
Siempre, siempre les recuerdo a los veteranos y les hago saber a los nuevos que no quiero que me llamen de usted, y mucho menos me pongan títulos que no tengo, como señor, caballero o Su Sabia Eminencia.

Su respuesta: «Son las normas». Alguno se extiende algo más contándome que «han tenido problemas por saltarse las normas de trato al cliente» o incluso que «un fulano les pidió el libro de reclamaciones porque una cajera le tuteó». Tremendo.

Aunque yo insisto. Soy mejor cliente que cualquiera que venga de paso (que es normalmente el objeto de este tipo de establecimiento) y si mi deseo es que se me tutee, pues se me tutea siempre y cuando la confianza no vaya acompañada del derecho a cubrir al personal de lametones, lo cual amén de inapropiado, sería más bien antihigiénico.

Porque a ver… que no es porque me pesen los años (que ya empiezan) y el tuteo me haga sentir más joven ni nada de eso.
Es que no quiero formar parte de la hipocresía que supone el dispensar un trato protocolario hacia alguien de cuyos muertos te estás acordando para tus adentros o que, por contra, te cae bien hasta el punto de intercambiar chascarrillos que te animan las últimas horas de curro. No es de recibo, en serio.
He visto gente hablar por teléfono con todo respeto, con «ustedeo» (si tal palabra existe, que me da que no aunque salga en google), con reverencia, pompa y corrección castrense hacia un cliente y la siguiente palabra después de «adiós», una vez colgado -casi siempre- el teléfono, ha sido «cabrón».

Que vale, que son las normas, que tu jefe se cabrea cuando tuteas a alguien a quien él está «ustedeando», que eso marca la distancia entre cliente y proveedor, que le recuerda al cliente (y al currante raso) quién manda, que es, en definitiva un forma de (asquerosa) segregación clasista hábilmente encubierta en forma de corrección formal y sana costumbre.

Al fin y al cabo la forma no esconde la intención, de manera que aunque suene mejor a según qué oídos, es exactamente lo mismo decir:

«Eres un hijo de puta»

que

«Caballero, me consta que su madre de usted es un zorrón de amplísimo calibre, lo que le convierte a usted en un hijo de la grandísima puta».

Quedará más formal la segunda opción, pero en realidad no deja lugar a dudas acerca de la intención, mientras que la primera opción es mucho más parca en lenguaje escrito pero a su vez más rica en matices, así que según el tono y la expresión facial con que se pronuncie, puede entrañar desde la más profunda acritud hasta la más cálida amistad. En la ambigüedad está la necesidad de hablar mirando a la cara. Viva pues.

Es más… podría incluso hacerse la prueba de escribirle una carta a Don Juan Carlos I, Rey de España y Familia con el siguiente texto:

«Sus Majestades Don Juan Carlos y Doña Sofía de Borbón:

Quisiera hacer notar, como súbdito, compatriota y, por último, amigo preocupado por su imagen pública, que la sensación que dan sus vacaciones, viajes, actividades diarias y su compensación económica por las mismas, es la de que ustedes -pluralización que engloba a todos sus familiares cercanos, lejanos vivos y difuntos- gustan de ocupar su tiempo aliviando el picor de sus genitales en un sofá de piel que cuesta tres veces el sueldo de uno (o más) de sus súbditos, y esto nos sugiere que fueron alumbrados y acaso educados por una o varias señoras de dudosa moral cuyo puesto en la cadena económica estatal se establecía en los aledaños del Nou Camp o acaso en la calle de la Montera, si es que la susodicha tuviese más vinculación al palacio de la Zarzuela que al de Pedralbes.

No quisiera despedirme sin felicitar a sus hijos de ustedes por romper la cadena endogámica que ha hecho de ustedes lo que son y lo que sus súbditos perciben, ya sea en silencio o abiertamente.

Suyo afectísimo:

El abajo firmante»

Formal, eh?
Pues en realidad estaría diciendo lo mismo que una nota escrita en una servilleta del bar, colada en el correo de la Zarzuela (franqueada, eso sí, no vayamos a defraudar al estado y a la muy solvente Institución de Correos y Telégrafos) con la leyenda:

«Juanca:

Tú y los tuyos tenéis fama de ser una panda de gandules hijos de puta y además unos taraos genéticos.
Enga, ven a hablarnos de crisis cuando te paguemos el sofá del Felipín.

Un besito»

No diré nada de la zafiedad de esta nota, propia de alguien que ha aprendido a hablar y a escribir en la calle.
Pero coño! si quiere decir lo mismo!
Diferencia: Si pronuncio la primera carta en voz bien modulada y vistiendo y calzando de ministro, la Zarzuela convoca un pleno extraordinario para que me retracte de mis afirmaciones (que son en realidad suposiciones).
Si pronuncio lo segundo vistiendo vaqueros y camiseta, incluso desprovista de toda leyenda antimonárquica, me cae un paquete asín de gordo.

En fin… Podría cargar contra el país en que vivimos, tan lleno de protocolo, rancias costumbres y simpatía por el sabor del trasero ajeno, pero es que no. Es que es condición humana el dispensar un trato hacia el prójimo de manera tan poco espontánea por exigencias de la corrección de formas.

A todos los que hayan terminado el ladrillo:
Que Dios les conserve el ocio por muchos años, o lo que es lo mismo…
Es que no tenéis nada mejor que hacer?

Hala, hasta otra.

Nota Cultural de Enero 2008

•martes 15 enero 2008 • 4 comentarios

Armstrong, al pisar la luna por primera vez, se dió cuenta de que con la escafandra puesta no se puede tocar la trompeta, por lo que no pudo interpretar «Hello, Dolly» y eso le llevó a una depresión tan profunda que hizo que no quisiera volver a la luna ni jarto de sangría.

Nota cultural de Diciembre 2007

•domingo 23 diciembre 2007 • Deja un comentario

En su último discurso, Winston Churchill omitió deliberadamente la receta de la merluza a la Segoviana, lo cual dice muy poco de su integridad como persona.

Nota cultural de Octubre 2007

•domingo 23 diciembre 2007 • Deja un comentario

Macao es el país con mayor densidad de población del mundo, pero de bien poco les sirve porque a casi nadie le gustan Los Chichos.

Nota Cultural de Septiembre de 2007

•domingo 16 septiembre 2007 • 14 comentarios

Oficialmente un año bisiesto tiene 366 días para compensar el desfase provocado por causa de que un año, según el calendario Juliano, tiene 365 días y 6 horas. Mentira cochina! El tal Juliano era tan perro que una vez que se pegó dos siestas perdió todo un día. Por eso se llama bisiesto y no por la otra tontada.

Nota Cultural de Agosto 2007

•viernes 3 agosto 2007 • 1 comentario

San Pablo Miki era tan bajito que tenía los tobillos más cerca de las orejas que de los pies, y aunque parezca mentira no fue por eso por lo que le canonizaron. increíble, ¿verdad?

Nota Cultural de Julio 2007

•lunes 16 julio 2007 • 15 comentarios

Marie Curie descubrió el Radio y la maldigo por los cuarenta principales.

TEORIA INARMONICA DE LA CONSTITUCION DEL UNIVERSO

•martes 3 julio 2007 • Deja un comentario

Desde el principio de los tiempos se ha elucubrado de manera más o menos coherente, (si queremos llamar coherencia en lugar de atrevimiento o incongruente obstinación a toda teoría que pretenda conocer lo desconocido, explicar lo inexplicable, medir lo inmesurable, fechar lo indatable) sobre el origen del universo, de la Gran Totalidad, desde lo más lejano, lo que jamás llegaremos a ver aunque miremos pues la imagen nos llegará con varios miles de años de retraso hasta lo más cercano, como podría ser este pedazo de vidrio o de rejilla TFT que se encuentra a escaso palmo y medio de vuestras narices.

Se ha teorizado hasta la saciedad, hasta el más absoluto y soporífero aburrimiento (quien haya estado en una clase de física sabrá de qué hablo), se ha hablado, discutido e incluso forcejeado de manera más o menos violenta entre las diferentes facciones que pretenden explicar sea por medios teológicos, sea por medios científicos el origen de todas las cosas, de todos los entes e incluso de la misteriosa fórmula (oh, ignorante atrevimiento) del recubrimiento de los lacasitos.

Hoy, incluso ayer (2 de enero) o resumiendo más a riesgo de caer en lo incierto, en la era contemporánea, el origen del universo se explica como un violento fenómeno natural en el que una simple partícula explosionó, expandiendo toda la materia contenida en su núcleo y que aún continúa en expansión, en un intento de dar a entender que si el universo tiene un centro de expansión es, por lo tanto, finito (aunque la verdad, el que suscribe no es que lo vea tan finito si cabe al menos al planeta tierra que es más bien regordete).

Ignoro quién le dio el nombre de Big Bang al fenómeno que dio origen a todo lo que conocemos o bien a todo lo que percibimos, pero lo que deduzco basándome en esta teoría es que tal personaje, aunque deje fuera de toda duda sus capacidades como físico y conocedor de la mecánica cuántica (o como mínimo su dilatadísima imaginación) tenía un desconocimiento supino de la ortografía.

Intentaré explicar el por qué de la manera menos breve posible, como corresponde a toda teoría científica, por descalabrada que pueda resultar, con un seguro riesgo de haceros bostezar, no sin previamente consolaros haciendo ver que, a diferencia de ciertos políticos, abriréis la boca por un motivo concreto.

Al principio sólo existía…

1: La NADA

.

Era algo así, pero algo más grande (por supuesto omito el tamaño exacto por evidentes razones de espacio).

2: Pero… realmente no había NADA?

Los más observadores habrán observado (pues es virtud de observadores el observar y de necios el simple mirar) un pequeño puntito en medio de ese desolador vacío que ha entristecido vuestras retinas, con la comprensible sensación de que os estaba tomando el pelo (los más sagaces lectores ya se habrán dado cuenta de ello hace rato).
Esta pequeña partícula, a la que me he permitido la libertad de llamar «puntito» para que muchos de vosotros, pobres mortales, sepais identificar lo que a partir de ahora tendrá un nombre científico, fue el origen de todo.

Pero pasemos a denominar las cosas por su nombre o jamás entraremos en materia (término que utilizo como mero sofisma pues hablamos de la NADA, es decir, la ausencia de materia). La NADA no era tan NADA, al fin y al cabo, dado que evidentemente, como ha quedado demostrado, tenía algo. Ese algo eran vastisimas extensiones de vacío, océanos de vacuidad absoluta sólo comparables al interior del cráneo de Britney Spears. A esas extensiones de vacío las denominaremos la MEGANADA y a ese «puntito» que estaba en su centro (si es que existía un centro de la MEGANADA) le llamaremos la MICRONADA.
Deducimos pues que el sistema jerárquico de la NADA era más bien feudal, puesto que me atrevo a comparar la MEGANADA con latifundios administrados por los Mega-Aristócratas, que habitando la MEGANADA hacían exactamente lo mismo que sus actuales nobles descendientes, es decir, absolutamente NADA.

Pero en la MICRONADA la vida era muy distinta. Vida en la nada? por supuesto! Vida social intensa, pues en un espacio de tamaño infinitesimal, equivalente a un cuarto de la mitad de la millonésima parte de un tercio del tamaño de un espermatozoide de tejón compartían espacio (y tiempo, pues aún no estaban completamente definidos ambos conceptos) cantidades ingentes de lo que más tarde se llamaría materia que bajo las denominaciones sociales de protones, electrones y neutrones, vivían en un apelotonamiento, en una situación de hacinamiento tal que se hacía prácticamente imposible una cosa tan cotidiana hoy en día como reservar mesa en un restaurante o encontrar un sitio tranquilo para morrearse con la protona de tus sueños.

Fruto de esta incomodidad, varios milenios más tarde, los filósofos más destacados de la MICRONADA decidieron que había que hacer algo, aunque cayeron en una monumental paradoja, dado que si habitaban en la NADA, lo lógico era que hacer algo fuera hacer NADA, de modo que la situación siguió otro par de milenios inalterada puesto que no se hizo NADA, hasta que un sabio -ón (a día de hoy no se sabe a ciencia cierta si fue un prot-, un neutr- o un electr-) decidió que la filosofía correcta no era hacer algo o quedarse no haciendo NADA, sino que el camino a seguir, la lógica aplastante, era SÍ hacer NADA.
Así nació la Era del Nadismo, en la que cada clase social de la MICRONADA sentó las bases de su política a la hora de hacer NADA. Todo parecía tomar un cauce esperanzador para el futuro de la MICRONADA, pues cada una de las clases, divididas como podían por causa de la falta de espacio, decidió incentivar a sus semejantes a tomar conciencia de su estilo de hacer NADA.

De modo que una primitiva forma de sociedad estaba naciendo. Y como en toda sociedad, no tardaron en aparecer los primeros enfrentamientos entre clases.
Los protones, poseían un positivismo que les hacía trabajar (es decir, hacer NADA) para un mañana mejor (propósito algo utópico pues mañana era cuestión de varios milenios o de pocos nanosegundos al no estar establecidas unas normas de medida del tiempo) frente al absoluto Nadismo radical de los neutrones, que como su propio nombre indica, se daban a un hedonismo tal que les impedía hacer incluso NADA.
Cerca de ellos, en la periferia, estaban los electrones, instaurados como el cuerpo de seguridad de la MICRONADA, que velaban por el equilibrio y la compensación del núcleo de la MICRONADA, pero lo cierto es que como ahí no ocurría NADA (o mejor dicho SÍ ocurría NADA) se limitaban a hacer lo mismo que los cuerpos de seguridad en estos tiempo nuestros, tan lejanos y a la vez tan parecidos: Dar vueltas y no hacer NADA (o hacerlo, acaso, por sentirse útiles).

Pronto (es decir, unos diez milenios más tarde) fue necesario un referéndum en la MICRONADA. Protones y neutrones quisieron dominar el poco espacio disponible, aunque con campañas políticas ciertamente diferentes y como se verá a continuación mucho más halagüeñas para los protones que para los neutrones. Sólo fijándonos en sus eslóganes electorales nos podríamos hacer una idea. Los protones manifestaban que había que hacer NADA, que era imprescindible hacer NADA para que la sociedad marchara hacia una NADA mejor, quizá incluso a la conquista de la MEGANADA, cosa que los Mega-Aristócratas no veían con demasiada alegría, pero por supuesto siguieron en sus quehaceres aristocráticos: Absolutamente NADA.
Los neutrones, en su radical Nadismo proclamaban un mensaje ciertamente nihilista, al decir que lo que había que hacer era NO hacer NADA, lo cual, aunque fuera en la NADA no significaba tener que hacer ALGO.

Parecía que las urnas iban a ponerse de parte de la animosidad de los protones, pero algo empezó a ocurrir… De ambos bandos emergieron facciones más o menos radicales que amenazaban la cohesión de ambas fuerzas políticas: Grupúsculos seccionados indistintamente de protones y neutrones que se hicieron llamar, por citar algunos casos representativos, mejill-ones, cabr-ones, macarr-ones, y sus directos subalternos, los put-ones.
Pronto la MICRONADA se sumió en un caos electoral que desembocó en el último estadio de la constitución del universo…

3: Gran revolución en clave de DIXIELAND

La vorágine electoral por la dominación de la MICRONADA hizo que la mayoría de grupos y grupúsculos políticos se dieran a las más extravagantes acciones publicitarias. Hubo un sector que tuvo la idea de ir a estrechar manos a los mercados pero se toparon con un handicap absolutamente insalvable. no había mercados ni manos que estrechar, y aunque las hubiera habido resultaba cuanto menos irónico estrechar lo que ya de por sí estaba estrecho, por lo que su campaña quedó en agua de borrajas, claro está en sentido figurado porque tampoco existía el agua ni tan siquiera las borrajas.
Otros, más prácticos, quisieron regalar bolígrafos serigrafiados con el emblema de su partido pero había una dificultad ciertamente onerosa. La micronada tenía una extensión a equivalente a un cuarto de la mitad de la millonésima parte de un tercio del tamaño de un espermatozoide de tejón, de modo que acabaron dándose cuenta de que, dado que un bolígrafo mide unos doce centímetros de largo por uno de calibre, jamás podrían regalar ni siquiera la punta de uno de ellos, con lo que además su presupuesto electoral desapareció en la meganada, junto con ciento dos trillones de bolígrafos sin poder pasar la frontera de la MICRONADA por falta de espacio.

Pero hubo un sector político, los todavía grandes favoritos protones, que dio, tras pensarlo durante tres milenios, con la campaña ideal. ¿Qué mejor para atraer a las masas (ya de por sí masificadas) que una actuación musical? ¡Qué gran idea, qué clarividencia, qué estilo y savoir faire el de aquel hiperactivo protón cuando sacó de la NADA aquella brillante idea!

Se pensó en un principio (otro sofisma pues aún no había tenido lugar el principio de nada, excepto de la NADA) en una banda que unos cuantos cientos de milenios antes había tenido cierto éxito en la MICRONADA, llamada TheRollingSt-ones, pero vista la situación del grupo, cuyos componentes sólo parecían interesados en los mill-ones y en pillar ceboll-ones y coloc-ones, se optó por una propuesta más fresca y original: Jerry Nucleum and the New-Ones, una banda de jazz estilo dixieland en la que trescientos cuarenta mil quinientos dos músicos daban lo mejor de sí mismos en una Jam Session que prometía no tener precedentes.

Toda la MICRONADA se concentró ante el escenario, excepto los neutrones, que respetando su idiosincrasia, se quedaron incluso disfrutando de la millonésma de micra que había quedado libra cuando toda la población se agolpaba para ver al gran Jerry Nucleum arrancar notas salvajes de su micro-saxo.
La actuación empezó con una improvisación ciertamente bien sincopada de «make that trombone laugh», que hizo agitarse de curiosidad a los 25 quintillones de asistentes al recital.
Al segundo tema Jerry Nucleum y su banda eran ya una auténtica locomotora de dixieland. Su ritmo hizo agitar enardecida a toda la audiencia. El Núcleo de la meganada vibraba, se encogía para volverse a dilatar, cada vez más deprisa, cada vez más salvaje.
Los electrones, conscientes de que por primera vez estaba pasando ALGO en la MICRONADA, giraban sin parar, presas de una actividad febril que les colapsaba.

Pero Jerry Nucleum, apoyado por sus New-ones continuaba martilleando la ya de por sí resquebrajada estructura de la MICRONADA, esta vez con una salvaje versión de «Dardanella», que hizo que protones, mejill-ones, macarr-ones y cag-ones y otros muchos -ones ya sin identificar empezaran a convulsionarse, a crecer, a ESTALLAR.
Incluso los Neutrones empezaron a sentirse incómodos ante tanta actividad.
Los electrones no paraban de girar alrededor del núcleo, ya de manera desordenada, desestabilizando la cohesión de la MICRONADA, que finalmente…

…se agitó…

…y por última vez…

…se comprimió…

…para volverse a…

…expandir…

…y definitivamente….

ESTALLAR

Liberando

cantidades

ingentes

de

M

A

T

E

R

I

A

que al expandirse desperdigando todo su contenido, destruyó la MEGANADA formando el principio de todo lo que hoy conocemos, desde la más pequeña gota de cuba libre de gordon’s hasta lo que conocemos como bloguero que se aburre y no sabe qué cojones escribir, del que hay un magnífico ejemplar aporreando mi teclado.

Es por eso que hace ya bastante rato decía que el personaje que acuñó el término Big-Bang para definir el fenómeno que dio origen al TODO era más bien lerdo en ortografía.

Oigame usted, caballero. Que se escribe BIG BAND!!! The Jerry Nucleum B-I-G B-A-N-D!!!

PD. prometo solemnemente dejar las drongas. lo prometo.

Nota cultural de Junio 2007

•viernes 8 junio 2007 • 2 comentarios

Isaac Newton era un flojeras. Porque… ¿Qué tiene de grave que se te caiga una manzana en la cabeza?

Nota cultural de Abril 2007

•viernes 8 junio 2007 • Deja un comentario

«En abril lluvias mil» fue una inteligente sentencia de Albert Einstein acerca de la lluvia ácida, como diciendo «Peor podría ser en agosto, que encima haría calor»

Meme (por qué tiene un nombre tan estúpido)

•jueves 7 junio 2007 • 15 comentarios

Bueeeeno… Lo primero es que si actualizo el blog no es porque tenga tiempo de hacerlo ni para disfrute de unos pocos (MUY pocos, me figuro).

Lo que ocurre es que mi jaco Julián ya estaba hasta los cojones (jarto difícil pues los tenía tajados) de tanta jarana y jaroteo en su entrada.

No temáis, no, que no empezaré con juegos alfabéticos (qué cosas, ahora me da por preguntarme si un alfa-bético es el líder de los seguidores del betis… es que no entiendo apenas de fútbol), sino respondiendo a un meme que me he encontrado en un par de blogs de altísima catadura.

CINCO COSAS QUE NO SABÉIS SOBRE MI :
1.No me gusta que la gente sepa cosas sobre mí.
2.No me gusta que la gente venga a contarme su vida.
3.Suelo ser consciente de lo que puedo decir o no.
4.No quiero hacer a los demás lo que no me gusta que me hagan a mi.
5.Por lo tanto, no pienso contar un carajo.

SIETE PECADOS CAPITALES
IRA
1.¿Con quién te has enfadado la última vez? Con un imbécil.

2.¿Cuál es el arma de tu elección? Un comentario asesino, sin alterar ni una ceja. a veces cuesta.

3.¿Golpearías a alguien del sexo opuesto? Depende de lo que haga para merecerlo. Pero no por ser del sexo opuesto. No pegarle a una mujer por ser mujer es tan machista como pegarle por serlo.

4.¿Que hay de golpear a alguien de tu mismo sexo? Eres un tío o una tía?.

5.¿Eres rencoroso? Depende.

PEREZA

1.¿Hay algo que se suponga que tienes que hacer a diario pero que hace mucho que no haces? No me acuerdo, hace mucho que no lo hago.

2.¿Cual es la hora más tarde a la que te has despertado? Nunca me pierdo la comida.

3.¿Cual es la ultima excusa fácil de descubrir que has puesto? A tí te la voy a decir…

4.¿Cuando fue la ultima vez que hiciste deporte decentemente? unos 36 años.

5.¿Cuantas veces has parado la alarma del despertador hoy? siete u ocho…

GULA

1.¿Cual es tu bebida alcohólica preferida? Cerveza.

2.¿Carnívoro? Omnívoro.

3.¿Has probado alguna vez una dieta elaborada por un profesional? No. Como muy variado pero con costumbres letales para mi organismo.

4.¿Tienes alguna cuenta pendiente con tu peso? Si, me debe 5 kilos, pero se los he perdonado

5.¿Que prefieres, dulces, comidas saladas o con especias picantes? Que sepa bien, eso basta.

LUJURIA

1.¿A cuantas personas has visto desnudas? Jijiji… ha dicho desnuda! (no te jode)

2.¿Cuantas personas te han visto desnudo a ti? Conoces el término «Playa Nudista»?

3.Cual es la parte del cuerpo que mas te gusta en una persona que a ti te guste? El culo. Si el culo está mal puesto, el cuerpo pierde equilibrio.

4. ¿Te ha hecho proposiciones alguna vez una prostituta? Tu eres idiota, no?

5.¿Se han tenido que someter por tu culpa a un test de embarazo? Qué quiere decir «mi culpa»? Es que solo follo yo?

AVARICIA

1.¿Cuantas tarjetas de crédito tienes? Odio el dinero de plástico.

2.¿Cual es tu tienda preferida para sentirte culpable? Soy muy austero en mis compras. Compro poco y caro, excepto los deuvedés, que se joden con mirarlos sean de la marca que sean.

3.¿Que harías si tuvieras un millón de euros? Me pregunto qué haría un millón de euros conmigo.

4.¿Que prefieres ser, rico o famoso? No sé qué se siente siendo ni una cosa ni la otra.

5.¿Aceptarías un trabajo aburrido aunque supusiera ganar mucho dinero? Más o menos el que tengo pero sin ganar «tanto» dinero (a saber qué entiende este por «mucho»)

SOBERBIA

1.¿Que es, de las cosas que tu hayas creado, lo que te hace sentir mas orgulloso? Los artistas decimos que si haces una cosa y a los tres meses te sigue gustando es que te has estancado.

2.¿Que es lo que mas orgulloso hace sentir a tus padres de ti? Yo que sé… que me estoy quedando calvo?.

3.¿Que te gustaría conseguir en tu vida? Quiero lo que tengo. no tengo necesidad de tener lo que quiero.

4.Has participado alguna vez en algún concurso o certamen sabiendo que tus habilidades eran superiores a las de los demás? No.

5.¿Que has hecho hoy que te haga sentir orgulloso? Un meme.

ENVIDIA

1.¿Con que persona te intercambiarías la vida? Faltaría que ese alguien quisiera cambiarla conmigo.

2.¿Te ha engañado tu pareja alguna vez? Debería saberlo de ser así?.

3.Hay alguna cosa que te gustaría cambiar en tu cuerpo? No soy un ordenador para irme cambiando piezas.

4.¿Que rasgo innato ves en otros que a ti te gustaría tener? Ninguno . si es innato de otro no funcionaría conmigo.

5.¿Te gustaría haber inventado este cuestionario? Diría muy poco en mi favor…

HACE UN TIEMPO

Yo 10 años atrás: Acababa de pillarme el cuchitril.
Yo 5 años atrás :Hacía cinco años que vivía en el cuchitril.
Yo 1 año atrás: Me cambié al cuchitril de al lado.
Ayer: Era miércoles.
Hoy: Jueves, no?

Hala, ya está. contentos?

no, verdad?

Jaque a la jaca

•lunes 12 marzo 2007 • 53 comentarios

En cierta ocasión un amigo me recitó una pequeña estrofa que había leído no sé dónde.

Mira que en el fondo era una tontería, no más que un juego de jotas que carecía de sentido, pero lo que me llegué a partir con ello fue poco.
Y como al fin y al cabo no teníamos más que perder que tiempo, decidimos agarrar mi bloc y completarla, pues nuestra casi funesta intoxicación de THC así lo requería.

en fin, lean y lloren…

JAQUE A LA JACA

Mi jaco Julián, jalando forraje
en un jardín de Jumilla,
jipió una jovial y vieja jumenta.
La jaca, algo ajada y cojilla
se enjalonaba el herraje…
Parecía andar pidiendo jodienda.

El jodío jamelgo,
que por jodedor le sajé los cojones,
pues jaca que veía, jaca que jincaba,
se arrejuntó a la jaca,
y se arrojó a sus flojos cachones
al tiempo que se la encajaba.

Y la jamelga,
quejumbrosa y desencajada,
notando la pija floja
de mi jamelgo Julián,
que por despojao de cojones
le quedó la pija ajada,
maljodida recitaba
sin sentierse agasajá:

Jodé con el jocoso sin colgajo
que he escogío…
me deja floja y paticoja
y por debajo sólo encajo
una jaqueca del carajo.

Y Julián, el jumento
antes jodedor,
ahora jodido y descojonao
se quejaba de la jaca,
que lo había perjudicao:

Qué cojones!
Tate al tajo
y no te quejes,
vieja coja y condená
que tienes el higo flojo
y te cruje la quijá.

YIIIJAAAAA!!!

:mrgreen:

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Nota cultural de Marzo 2007

•viernes 2 marzo 2007 • 1 comentario

Chindasvinto fue un rey visigodo que tenía las manos llenas de dedos, los dedos llenos de uñas y las uñas llenas de roña.

Joel-Peter Witkin

•viernes 9 febrero 2007 • 18 comentarios

Si no existira el término «transgresión», hoy día el arte estaría estancado en la pintura religiosa o paisjística (con todos los respetos) y fotógrafos de retratos familiares.
Por transgresión entendemos la vulneración de las normas establecidas en una sociedad, estatuto o disciplina.

Técnica e ideológicamente, Joel-Peter Witkin es un transgresor. Transgrede el modo de entender la fotografía, de manipularla y de representarla.
Unos dirían que sus obras son fotografías convertidas en cuadros, otros que son cuadros dentro de fotografías. Mucha gente opina que Witkin es un degenerado, otros un genio en la marginalidad.
Pero lo que está claro es que la obra de Witkin deja indiferente a poca gente.

Joel

Joel-Peter Witkin nació en 1939 en Brooklim (N.Y.), de padre judío y madre católica. La separación de éstos por sus profundas desavenencias de credo posiblemente marcó al autor en su imaginería, repleta de referencias religiosas.
Otra constante, la que le granjeó las antipatías del sector artístico más purista, es su fijación con la muerte, con los restos humanos combinados con una fuerte tendencia erótica, y el protagonismo de seres deformes (y reales) que encontraba mediante anuncios en los periódicos.
Visitante habitual de las morgues, con cuyos encargados tenía trato de favor, gran parte de su obra representa cadáveres y restos humanos reales combinados con figuras cotidianas, formando naturalezas literalmente muertas dignas de un museo de pesadilla.
El fotógrafo enriquece el resultado de sus obras con artesanales técnicas de raspado y arenado de los negativos e incluso imprimiendo veladuras con sus propios dedos.

Sobre el origen de esta tendencia insana corre la leyenda de que a los seis años presenció un brutal accidente automovilístico en el que una niña resultó decapitada, aunque otros aseguran que no es más que un mito que él mismo urdió para darse importancia, y que todo ello proviene de su experiencia en Vietnam, en la que desempeño la tarea de fotógrafo de guerra entre 1961 y 1964.
Fue master en Bellas Artes en la Universidad de Nuevo México, tras estudiar escultura en la de Alburquerque, en 1974.

Sus influencias artísticas van desde el cubismo de Picasso al surrealismo de Dalí, el Bosco o Giotto, que se dejan ver claramente en muchos de sus trabajos, además de representar visiones «alternativas» de obras de renombre como «las Meninas», de Velázquez o «Las Gracias», de Rafael Sanzio.

Dejo unas pequeñas muestras del oscuro arte de Witkin.
La dureza visual de muchas de sus fotografías puede herir sensibilidades, por lo que las fotografías están ordenadas siguiendo un criterio concreto. Si alguno no es capaz de seguir tiene tiempo a cambiar de página antes de ver lo más fuerte.
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graces

The Graces.
Muchos piensan, erróneamente, que esta obra se inspira en «Las tres Gracias», de Rubens. Lo cierto es que su fuente en «Las Gracias», de Rafael Sanzio, realizada más de un siglo antes, en el Renacimiento, mientras la pintura de Rubens data de la época Barroca.

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fool

The Fool
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meninas

Las Meninas.
Una particular visión del autor de la Obra más conocida de Diego Velázquez, con ciertos elementos de Pablo Picasso y Dalí

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leda

Leda and the Swan
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stretch

Testicle Stretching with the Possibility of a Crushed Face
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bird

Woman Who Was a Bird
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mother

Mother and Child
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anna

Anna Akhmatova
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head

Head of a Dead Man
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face

Face of a Woman
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baisier

Le Baisier.
Esta extraña fotografía muestra la cabeza de un cadáver real seccionada y dispuesta en una suerte de morboso auto-beso. Es una de las imágenes más famosas de Witkin y a su vez una de las más criticadas.

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fetus

The AntiChrist

Nota cultural de Febrero 2007

•martes 30 enero 2007 • Deja un comentario

Carlomagno tenía un gato que si no fuera porque se pasaba el día royendo nueces, cualquiera hubiera dicho que era una ardilla.

Nota cultural de Enero 2007

•martes 30 enero 2007 • 1 comentario

Juana de Arco murió de cara a la pared y con el culo lleno de moscas.

Sobre el archivo de notas culturales…

•martes 30 enero 2007 • 4 comentarios

En esta sección recopilaré todas las notas culturales que aparecen debajo del título del blog, para el enriquecimiento de vuestros espíritus y el desengrase de vuestras terminaciones neuronales.

Gracias por vuestra atención y no olviden supervitaminarse y mineralizarse!

amos pallá, maettro…

•martes 30 enero 2007 • 6 comentarios

Una sardina
coro: Una sardina

Dos sardinas
coro: Dos sardinas

Tres sardinas
coro: Tres sardinas

Y uuuuun gato!

Apostaron
Coro: Apostaron

La manera
Coro: La manera

De meterse
Coro: De meterse

En uuuuuun zapato.

Achichichichigüagüa
Coro: Achichichichigüagüa

Agüagüagüagüachichi
Coro: Agüagüagüagüachichi

Bueno, qué pasa?! es que no puede uno hacer algo tan inútil como poner la letra de una canción en su blog cuando no se le ocurre nada?
Lo que no he encontrado es videoclip en youtube, lo siento…

Otra respuesta frontal…

•lunes 15 enero 2007 • Deja un comentario

…a una entrada de mi odiada Perse, la única persona de este mundo a la que odio pero (o porque) me cae bien 😛

En ella, se lamenta de la falta de originalidad de los modernos nihilistas que aborrecen de la navidad aportando razones que deben estar patentadas y hasta con derechos de autor de tanto que se han oído.
Razón no le falta en algunos puntos, pero como incontinente tocapelotil crónico me siento en la necesidad imperiosa de responderle punto por punto:

Queja : La gente solo es buena en Navidad.

Respuesta : Claro. Pregúntale a Charles Manson, pregúntale.
Respuesta de la casa: Pregúntale al rey si se cree algo de lo que dice en el mensaje de nochebuena.

Conclusión (P) : Eso es una gilipollez. Hay gente que se comporta bien lo más posible, todos los días posibles.Realmente, los que son unos cabronazos dudo mucho que en estas fechas hagan un rendez-vous, lo que pasa es que una persona con un regalo en la mano tiende a ser malinterpretada.

Conclusión (N): Casi tan malinterpretada como el jefe que por arte de birlibirloque se porta tan bien en navidad que solo le falta echar la lagrimilla y el 7 de enero es el mismo cabrón de siempre.

Queja : Las comilonas, los polvorones, los excesos.

Respuesta : ¿Donde está el problema?
Respuesta de la casa: Tú no haces la compra o sí?

Conclusión (P) : Son comidas de la época festiva. En verano tenemos el gazpacho, y nadie berrea por ello. ¿Qué no te apetece pegarte una panzada? Eres muy libre de no hacerlo, lo mismo con el alcohol. Difícilmente alguien que no le gusta beber lo hará esas fechas; vamos, que nadie te va a echar una multa por no comer un polvorón.

Conclusión (N): Sólo faltaría que encima nos multaran. de eso ya se ocupan en el mercado, que vayas a comprar para la cenorra de nochebuena o para desayunar te meten unas clavadas que ni en el monte de los olivos.

Queja : Los villancicos, que rayan.

Respuesta : Jingle Bells Versus Dame Mas Gasolina
Respuesta de la casa: Jingle Bells vs Gasolina vs Ponerse los walkman a toa mecha

Conclusión (P) : Cualquier cosa que suene 24 horas al día de forma intermitente puede inducir al suicidio. Pero si superas las sobredosis de latin power mezclado con reggaeton caribeño, ¿no se puede tolerar un jingle bells all the way? Anda ya!

Conclusión (N): No es que no se pueda, es que no se debe. Después se pasan el resto del año hablando de contaminación acústica.

Queja : Es que son fiesta religiosas y yo no creo en ello.

Respuesta : Yo tampoco.
Respuesta de la casa: Ni yo.

Conclusión (P) : Y no veo por que no puedes adornar un poco tu casa y ponerte hasta las cejas de champán solo por que no eres religioso. Tampoco hace falta que vayas a la misa del Gallo….

Conclusión (N): Por suerte, misa del gallo solo hay en nochebuena, pero ponerte hasta el culo de champán lo puedes hacer incluso un miércoles a la hora del barrio sésamo.

Queja : Materialismo y regalos.

Respuesta : Coño,mira que tenemos pocas fechas para recibir regalos para que encima protestemos por esta!
Respuesta de la casa: El que regala algo porque es una fecha es porque nunca ha tenido un detalle porque sí, que son los que más importan y los que más ilusión hace.

Conclusión (P): Si a alguien no le gusta regalar en fechas típicas, lo mismo se puede aplicar a cumpleaños, santos, días de la madre y el padre, días de san valentín y demás chuminadas. ¿Que la industria aprovecha lo más mínimo para convertir todo en una odisea de gasto? Si, por supuesto. ¿Tiene algo de malo que te guste comprar detallitos para la gente que aprecias? Francamente, creo que no.

Conclusión (N): Mientras sea con tu pasta como si le quieres donar mil duros de ful a un convento de carmelitas.

Queja : Familiares que nunca ves/hipocresía

Respuesta : El tema de las familias da para tanto…
Respuesta de la casa: si yo te contara…

Conclusión (P): No sé el resto del universo, yo esos días celebro la cena con la misma familia con la que vivo y que es con la que quiero estar. Sin embargo, puedo entender reuniones de familiares que no se ven demasiado por sus propios ritmos de vida y no me parece muy justo que se les llame hipócritas por que aprovechen ese día para estar juntos. Realmente, la gente que está muy despegada no se reune, ni en navidad, ni en hannukah, ni nunca…..

Conclusión (N): Te reto a que me digas que esta no es una escena tópica: Llegas tarde a la comida de navidad y te miran con mala cara seguramente porque dan por hecho que anoche agarraste el tablón del año. Media hora después llega la tieta y todo son preocupaciones (que si te había pasado algo, que si te ha tardado el autobús, que si que ganas de verte)… La comida transcurre con normalidad entre alegres parloteos y gran hilaridad de los presentes. Pero… llega la hora del brindis. Siempre hay en una mesa de navidad alguno que tiene guardados todos los brindis del año para navidad, de modo que agarra un cebollón de aquí te espero.
Hace media hora que los fumadores le están dando al pitillo, preguntado si se iban al lavabo o al balcón a fumar y respodido que no, que por un día no pasa nada (al fin y al cabo, es navidad). Pero… ay! al llegar los postres, el cafelito y las copichuelas, los ánimos se empiezan a cargar a la vez que los hígados. El tiet (por ejemplo) que hace no sé cuántas décadas que ha dejado de fumar empieza a maldecir, lo que hace que los más prudentes apaguen sus pitillos y los más tocahuevos tiren el humo con gran puntería hacia el espacio vital del tiet.
Claro está, los críos no han parado de dar por saco, convirtiendo el comedor en una cacofonía de risillas, gritos desgarradores, eructos, discusiones, que derivan hacia insultos, fueras de mi casa, maldita la hora que te invité, el año que viene te pudres tú solo en casa, no celebro más navidades y de repente… los niños se callan. Qué ha pasado?! el marquitos ha vomitao. Normal. se ha comido medio quilo de polvorones porque no pensaba parar hasta decir «zaragoza» con la boca llena sin escupir. Claro, dice la yaya… si es que a este crío lo teneis malo desde ya hace tiempo! a mí me lo tendríais que dejar, a mi, que os lo iba a poner como un tocinico! como? a mi me vas a decir como tengo que cuidar a mi hijo? habrase visto! no pienso estar ni un segundo más en esta casa!
entretanto el de los brindis está ya con el culo más cerca del suelo que de la espalda, con una merluza que no te lames, lo que hace que la tieta que ha llegado tarde le llame la atención: No te da vergüenza beber tanto, so borracho? no, y a tí no te da vergüenza acordarte de que tienes familia solo por navidad y encima llegar tarde? no pienso estar un segundo más en un sitio donde esté este borracho!
En esto que te enciendes un piti y el tiet anti-tabaco monta en cólera. No pienso estar ni un segundo más en este fumadero!

Bueno, al final sólo quedan papá, mamá, y una mesa que parece sacada de una orgía romana para recoger y fregar. Feliz Navidad!

Queja : Loterias, esa gran desconocida…

Respuesta : No caer en la tentación.
Respuesta de la casa: Bien dicho!

Conclusión (P): Realmente, la lotería se basa en la probabilidad y juega con gente que aún no ha entendido que las probabilidades de que les caiga son prácticamente inexistentes.Haz como yo, no compres y listo. Si aparece alguien con la canción de intercambiar lotería, la coges pero no le das a cambio. Verás como el próximo año no vuelve a hacerlo….

Conclusión (N): Bien dicho!

Queja: La decoración de la calle.

Respuesta : ¿Que…?
Respuesta de la casa: Que parece que sólo nos olvidamos de ahorrar energía en navidad.

Conclusión (P):Entonces, de parques de atracciones ni hablamos, ¿no?

Conclusión (N): Sí, hablemos. Los parques de atracciones (y las luces de navidad) son a la electricidad lo que los campos de golf al agua.

Conclusón general de perse: Ya sabéis, si váis a odiar la navidad,¡¡¡ a ver si nos inventamos algo!!!! Que todo eso está ya muy oído, por favor….
Por cierto, a mi me gusta la navidad, si. Y tan feliz.

Conclusión general de NuBus: Eso, y si odiais las dictaduras a ver si sois un poco más originales, que eso de la libertad de expresión, el genocidio, el caciquismo y la injusticia ya está muy visto 😉

Mal estamos…

•miércoles 10 enero 2007 • 4 comentarios

Anoche, rebuscando entre viejos papeles (maldita mudanza eterna la de los que no tiran nada) apareció ante mí un pequeño bloc de color rojo, cuadriculado, un primor de la industria papelera, que solía llevarme en mis eternos viajes matutinos a Sant Cugat (en el tren de las cinco de la mañana, un asco, oyes) en el que hacía dibujillos y escribía estupideces de mayor o menor calibre, casi siempre bajo el espeso influjo del THC. Es que a uno siempre le ha gustado cuidarse y… ¿qué mejor a esas tempranas horas que una caja de filipinos y un petardo para afrontar la aburrida tarea de un peón de mantenimiento en un centro comercial?

El caso es que en ese bloc encontré un manuscrito de debí escribir en un desmayo (quizá ese día me salté los filipinos y fui directamente al postre) y que leído a día de hoy (o de ayer, más bien) me hace plantear ciertas cosas:

1- Que la droga es mala.
2- Que puede ser hasta sonrojante encontrar ciertas reliquias en el fondo de los cajones
3- Que los caracoles, pese a ser cornudos, arrastraos y babosos son afortunados porque no tienen problemas de vivienda.

Bueno, pasaré a transcribiros tamaña gilipollez ya que me hizo gracia releerlo y así de paso aprovecho la ola de surrealismo que está asolando mi querido foro de Ángeles Caídos para ponerme a la altura de las circunstancias:

Lectura del Evangelio según San Feliu de Llobregat

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Me ví a cagá en vuestra putísima hermana, que esto no es Judea ni Sebastopol y mucho menos un peazo terruño donde podais defecar a vuestras anchas»
Eso lo dijo a voz en cuello, calzándose sus gafas de sombra y sin darse ninguna importancia, lo cual no restaba mérito a sus palabras ya que siendo como era un ser de más tres metros de alto, con siete dedos en cada uña y los pies muy cerca de los tobillos, poseía además otras raras habilidades que omitiré en beneficio del orden público y la corrección de formas.
Por supuesto, ya que hablo del tema, no puedo obviar la bonita historia que aconteció a mi pobre padre que desgraciadamente era más pobre que padre, aquel aciago día en que andando por la calle (no recuerdo qué calle pero sé que era una calle porque había coches) encontró sentadito en un banco un polo de acelgas, no recuerdo de qué marca, que lloraba desconsoladamente.
«qué te pasa, amigo?!» preguntó mi padre al ver las lágrimas de aquel insignificante subproducto de agua, colorantes de distintos tonos de verde y un 5% de acelgas revenidas. «es que eres pobre como yo? no pierdas la fé, amigo. llegarán tiempos mejores y todos podremos disfrutar de una vida más grata en la que viviremos en un país donde nunca tendremos frío ya que nos cubrirá una funda de plexiglás que el gobierno nos cederá amablemente y podremos tener un orgasmo tras otro sin alimentarnos más que de leche de pulgón. No te parece esperanzador?»
A lo que el polo de acelgas, al que a partir de ahora llamaré luisito si es que le vuelvo a nombrar, respondió, visiblemente afectado: «Pero qué dices, empanao! si estoy forrao de pasta. lo que pasa es que me estaba acordando de mi tío, al que en su barrio llamaban antoñito el cariñoso porque tenía las uñas de los pies de una longitud nunca vista»
Le relató la desgarradora historia de su ungulado tío, que más que tío era un primo lejano del señor del kiosko donde su padre compraba cada día el desaparecido periódico «En la esquinita te espero», aunque no venga mucho a cuento.
El hombre, trabajador y voluntarioso, encontró un trabajo en la construcción de una pirámide en memoria de Manolo Benítez de García y Bernabé fuera quien fuera el interfecto, con la única condición, de tan bueno que era, de recibir su salario en ladrillos defectuosos ya que su única ilusión era algún día tener una pequeña casita para él y su perrito andrés, que tenía pezuñas en lugar de pies, donde podrían vivir felices el resto de sus días aunque tuvieran que conformarse con comer palomas de la Plaza de Catalunya en lugar de perdices, cosa que le agradaba porque una vez se le saltó un diente al morder un perdigón que se encontró dentro de una anchoa del alto pirineo.
Mi padre y el polo, no sé si le iba a llamar luisito o qué, lloraron juntos hasta que mi padre se dio cuenta de que el polo no lloraba, sino que se estaba derritiendo porque cinco minutos antes había llegado el verano y hacía un calor de cojones.
Pero yo a lo que venía era a contaros un cuentesico de la peor calaña, pero con tanto paquipallá me he olvidao, aunque recuerdo que iba sobre un lejano país gobernado por un rey que se parecía a los hermanos calatrava (a los dos, no sé por qué) y tenía una hija (y por ende princesa) que era tan puta y tenía la figa tan esgarrá que sus súbditos hacían cola para meterle la mano hasta el codo para ver si encontraban lo que habían perdido por ahí dentro, desde un jubón de tergal hasta una cajita de esas pelotitas negras que hacían ñiñiñi si se les soplaba al oído con suficiente fuerza.
creo que eso era todo, así que colorín colorao, ahora sí que tas pasao. y si no te gusta te lo compras acolchao.
Moraleja: Nadie me cae mejor que la sarita montiel, que tiene el chocho en la cara de tanto estirarse la piel.

y esto es todo lo que había. Es que el tren llegó a Sant Cugat y el olor al delicioso café que hacían en el garito de la estación me llamaba, me llamaba.

y fui.

FELIZ AÑO NUEVO

•lunes 1 enero 2007 • 6 comentarios

Que esperabais, que me enrollara como siempre?
pues no.

Preguntas que se ha hecho Perse en su blog…

•lunes 13 noviembre 2006 • 4 comentarios

…y que yo me respondo en este que es mío:

¿Por qué nadie le dice a Tom Cruise que cambie de actitud antes de que se hunda en la miseria?
seguramente porque es lo que todos queremos

¿Por qué Colin Farrell se mete en productos de la envergadura de «SWAT» o «Corrupción en Miami»?
por mi que se meta donde quiera que no vaya a ver yo

¿Por qué Renny Harlin no hace nada a derechas desde hace años?
Concretamente desde que le hacía peliculitas a su ex, la china deibis horrenda?

¿Por qué todas las niñas prodigio terminan anoréxicas y con problemas de drogas?
Porque ya no hay vergüenza ni respeto por los peatones

¿Por qué en todas las películas de Jennifer Aniston tenemos la impresión de ver a la Rachel de «Friends»?
Porque no sabe hacer otra cosa?

¿Por qué casi ninguno de los actores de «Friends» ha tenido suerte en el cine?
Porque son tan friends que quieren ir juntitos a todas partes pero cuando se traen a la aniston les echan de los estudios

¿Por qué las estrellas de Hollywood se enamoran y desenamoran tan rápido?
Porque hay unas putas que cobran por horas y otras por exclusivas (toooma)

¿Por qué ultimamente parece que la única actriz que existe es Scarlett Johanson?
eso, por qué? eh? porque ha hecho una peli con woody allen? qué más ha hecho con woody allen?

¿Por qué multitud de cantantes se empeñan en torturarnos apareciendo en el cine?
para hacer videoclips más largos

¿Por qué Pamela Anderson ha decidido celebrar su boda tres veces?
Porque a una rubia con las tetas operadas hay que preguntarle las cosas tres veces.

¿Por qué Owen Wilson siempre hace la misma película una y otra vez?
Porque se encuentra en un bucle espaciotemporal. pobrecico, bastante mal lo estará pasando.

¿Por qué Kiefer Sutherland tiene un éxito apabullante en la televisión y en el cine ni dios lo quiere?
porque cuando le dicen que una película se rodará en 10 semanas se colapsa. él está acostumbrado a rodar series en 24 horas.

¿Por qué de repente Michelle Pfeiffer no aparece por ningún sitio?
eso, eso… por qué? reivindiquémosla, que está mu güena

¿Por qué Kevin Costner no se rinde de una vez y nos deja en paz??????
porque dios nos odia y nos castiga. le ha enviado para ajusticiar a los descendientes de caín.

¿Por qué últimamente todo son sagas de aventuras?
porque es más fácil hacer merchandising

¿Por qué alguién creyó necesario rodar «Bandidas»?
porque si alguien rodó «perras callejeras» deja de parecer un despropósito.

¿Por qué Clive owen siempre tiene la misma expresión haga el papel que haga?
porque en realidad está muerto y hay un ventrílocuo que le introduce el brazo por el yujay para moverle la boca.

¿Por qué siguen permitiendo que Uwe Boll ruede films?
porque así se distrae, la criaturica

¿Por qué Johnny Depp se come con patatas a todos los actores que comparten cartel con él?
porque tiene hambre. que no le ves la carica desnutrío?
anda, coño. dime que se comió a marlon brando.

¿Por qué se le presta tanta atención a Sienna Miller si no ha hecho nada reseñable?
quién es esa?

¿Por qué algunos críticos siguen empeñados en tildar a Matt Dillon de fracasado cuando ha demostrado que es un excelente actor?
y por qué hay actores que se empeñan en tildar a los críticos de fracasados si son actores pésimos?

¿Por qué a Jennifer Lopez no hay quien se la trague en la pantalla?
solo en la pantalla?

¿Por qué Matt Damon no hace más películas y Ben Affleck descansa de ellas?
Porque con kevin costner dios ya nos castiga bastante.

¿Por qué en la carrera de Juliette Lewis abundan los papeles de retrasada o corta de luces?
La has visto cantar en directo?

¿Por qué Sammuel L Jackson da la sensación de interpretarse a sí mismo en sus películas?
porque siempre hace de negro

¿Por qué Christopher Walken solo parece mirar los cheques que le pagan y no los guiones que acepta?
porque el mejor papel que pueden ofrecerle a un actor es el papel moneda

¿Por qué Sharon Stone no confiesa que ha hecho un pacto con el diablo para tener ese aspecto con casi 50 tacos?
qué diablo ni que pollas… si hay señoras de 50 años que están más buenas que dos de 25!

¿Por qué Drew Barrymore desperdicia su talento en comedias estúpidas?
JAJAJAJAJAJAJAJA!!! Talento!!! JAJAJAJAJAJAJAJA!!!! ya me puedo ir a dormir tranquilo!!!

¿Por qué Brian de Palma no hace mas películas?
porque como hace una buena y una mala no se acuerda de qué toca hacer

¿Por qué Rufus Sewell casi nunca consigue a la chica en sus películas?
porque con ese nombre se lo toman a retranca

¿Por qué Angelina Jolie despierta pasiones entre hombres y mujeres?
es algo que nunca me he explicado. esa morrera me da repelús

¿Por qué no reconocemos de una vez que Tarantino es un genio?
porque no lo es. que la mitad de sus pelis estén muy bien no le convierte en genio

¿Por qué Demi Moore se gastó tantísimo dinero en arreglar su cuerpo y ahora no hace ninguna película?
a lo mejor porque no se lo arregló para el público. quizá tenga incluso vida privada

¿Por qué Jason Statham se limita a hacer películas de acción cuando empezó con muy buen pié de la mano de Guy Ritchie?
porque guy ritchie hace pelis de acción.

¿Por qué George Clooney es tan perfecto que hasta como director es bueno?
porque se compra la ropa en el corte inglés

¿Por qué cada vez que se habla de Charlie Sheen es para hacer alusión a sus aventuras con prostitutas o a sus supuestos maltratos a su mujer?
hombre, no van a hablar de él como actor…

¿Por qué Joey lauren Adams se ha visto relegada a personajes secundarios insulsos?
quién es esa?

¿Por qué Viggo Mortensen y Sean Bean parecen intecambiables?
qué?!

Y suma y sigue….¡el mundo del cine es así!
sí. es un sitio oscuro con butacas

Esos locos bajitos

•lunes 4 septiembre 2006 • 8 comentarios

Por supuesto, en el título de esta entrada no hago referencia al programa de tv, presentado por nuestro fascista favorito, Bertín, paradigma de macho hispánico de pelo en pecho y caramelo en la voz que en un mal aire se dio a los placeres de la televisión para deleite de nuestras entrañables marujis, que a falta de atrevimiento para la pornografía magnetoscópica entregaban su pasión a la pequeña pantalla cuando él, el señor Osborne, conocedor de miles de sábanas y azote de colchones de medio mundo, hacía de cínico padrazo ante la marabunta semanal de criaturas incongruentes e hiperactivas.

No, no. Me refiero a los locos bajitos que evocaba Serrat, ínclito cantautor del Poble Sec, catalán de profesión y bilingüe de respeto.
Me refiero a los niños.

El caso (y motivo de esta entrada) es que hoy he mandado al resíduo alimentario que brota de nuestros anos, es decir, a la mierda, a la señora que nos viene a limpiar el taller cada semana.
¿Y por qué? ¿qué me ha hecho emisor de semejante desplante hacia esta respetable profesional del mocho?
Vean:

Hoy, como lunes sin cole mi nenita, a la que quiero mucho más que a ninguno de vosotros, me ha acompañado al taller donde espera a la hora de desayunar trasteando y liándome los papeles a que su tío la suba a casa de la yaya.
Tan ocupada estaba la muy angelota en desbaratarme los papeles del viernes, para enorme hilaridad suya, cuando ha hecho aparición la artífice del agradable y lacrimógeno olor a desinfectante que cada lunes se respira en nuestro local, o sea la temible señora de la limpieza.
Es una señora a la que no me atrevería a dar semejante trato ya que únicamente es cuatro años más vieja que yo (o sea que soy cuatro más JOVEN que ella).
Ella, orgullosa madre de un pequeño prodigio del fútbol y de un más pequeño borderline, cuya habilidad para colar la palabra «follar» hasta cuando se le habla de cromos del pokemon es cuanto menos digna de estudio, ha agarrado por banda a mi hija esta mañana y le ha soltado un típico: «¿Y cuándo le vas a pedir a tu papá un hermanito?»

Para verme estaba, oyes. Qué tiovivo, qué montaña rusa de colores estaba hecho el menda!
El verde subió a mis mejillas, el rojo bajó a mis pelotas, mis ojeras ya moradas de por vida se volvieron negras y una espuma amarilla-blancuzca empezó a brotar de entre mis dientes.

Y… entonces surgieron las palabras:

– Milagros, coño, no le digas más esto a la niña. NO va a tener hermanos. Antes tendrá un Rolls.
– Pero no digas eso delante de la niña! – Decía, consternadísima en su papel de multiprocreadora.
– Que no le diga qué? que no va a tener hermanos? Y qué le digo? «sí cariño, cuántos quieres?»
– Pero a tí no te gustan tanto los niños? – Insistía, la muy.
– Pues sí, me gustan. también me gustan los perros y solo tengo uno. me encantan las mujeres y sólo tengo una, me entusiasman las lentejas con choricico y oreja y no como cada día, y lo que más me gusta, lo mejor que me puede pasar es que no me hablen de tener más hijos. vale?

Y la muy víbora, la muy arpía, la muy venenosa chantajista de irresponsables va y le suelta a la niña:

– No le hagas caso al papa, cariño, que no sabe lo que dice.

Ahí ya la he mandado, vocalizando lenta y expresivamente por si no era capaz de pillarle el sentido a la frase, a la mierda.

Vamos a ver, coño…
¿Qué manía tienen la jodidas psicomadres en que tengamos a los críos de dos en dos?
Señoras! dejen el puto mocho y al puto macho, joder, que estamos superpoblados.
No es mi problema si para ustedes los niños son como los petisuises, que me la suda si a usted le daban dos.
Que me la suda, en serio, si dejó su trabajo y su futuro para cuidar a los churumbeles y luego tiene que fregar escaleras por cuatro perras en lugar de llevarse un sueldo de su anterior trabajo. Es su puto problema, señora!

Mi mujer y yo tuvimos a la niña porque quisimos, la queremos y la cuidamos, la mimamos, la reñimos, la alimentamos, la vestimos, la llevamos al cine y al zoo y le compramos cromos. Le hacemos fiestas para su cumple, le decimos que tenga amigos, la dejamos jugar en el parque hasta que se hace de noche y todas esas cosas que se hacen con los críos.

Pero NO ME SALE DE LOS COJONES (que es de donde salen habitualmente) de tener más críos!
La niña no se va a aburrir, ya tiene primos a punta de pala. Podrá jugar con ellos, pedirles mil duros o ahostiarles hasta que cambien de color, algo parecido a lo que se hace con los hermanos.

Me echan en cara algunos psicopadres que le hablo a la niña como si fuera mayor.
Cómo le voy a hablar? es que los críos de cuatro años te entienden mejor si haces el gilipollas?
Gracias a ello la niña ha adquirido una elocuencia y una expresividad que a veces incluso descoloca, lástima que el que suscribe sea tan mal padre, que le roba la infancia por hablarle como a un estúpido adulto.
Pero claro, igual tienen razón. Los cuentos de Winnie the Poo lo mismo son más adecuados para los críos que los tratados de física cuántica. Hay que joderse…

 

Canciones que me recuerdan a…

•miércoles 23 agosto 2006 • 15 comentarios

Yo no sé si soy demasiado raro, o poco romántico, o muy borde o qué, pero hace como 15 años que una canción no significa absolutamente nada para mí.

A ver, no quiero que ahora nadie se ofenda, todo el mundo es libre de que las canciones le recuerden a algo, sólo faltaría que un ser como yo, que tiene el mismo oido para la música y la misma sensibilidad que un jabalí silvestre, fuera a imponer que a partir de hoy habrá un nuevo orden , terrenal o divino, que destierra a los fuegos del averno a quienes la música les recuerda a algo.

De todos modos, casi todo el mundo que conozco tiene una canción que le recuerda a algo. Suelen ser canciones tristes, de amor (las detesto sobre todas las cosas), con letras de pasión encendida o de grises depresiones fruto del abandono del ser amado, que les hacen evocar sus amores perdidos a unos, los que nunca consiguieron a otros, a los que renunciaron sin querer a otros muchos. Esto, el amor (puto amor), es una de las razones por las que detesto las canciones de amor, porque a todo el mundo les recuerda, o mejor dicho les hace creer que sin amor no se puede estar.
Porque… se puede estar sin Amor? pero digo ese amor en mayúscula que hace que los sabios piensen como necios, que la gente se ponga insoportablemente empalagosa, irritantemente meláncólica. No hablo del afecto, del cariño, de la confianza, sentimientos mucho más terrenales a la vez que menos hipócritas y destructivos.

Desde siempre hay un mercado increíblemente fértil de canciones evocadoras de sensaciones más o menos fútiles como sería el caso de los Hombres G, de quienes tengo la desgracia de haberme tragado toda su discografía (vía hermana pequeña), cuyo cancionero habla de amores despechados, que hacían llorar de pura melancolía a quinceañeras que habían perdido al amor de toda una vida (o sea, un par de semanas).
Ya sé que es un poco demasiado drástico mezclar a esos energúmenos del teen-pop baboso en todo esto, pero bueno, sirva la hipérbole de ejemplo para ilustrar la sarta de gilipolleces que sale de mi humilde teclado.
Lo que quiero decir es que hay toda una mercadotecnia alrededor del vano concepto del amor, de la desdicha ajena, compuesto de canciones que no hacen sino echar sal en heridas que sin la intervención de estas odas a los más grises sentimientos cicatrizarían a la velocidad de las que eventualmente pueden sufrir los licántropos.
Sin embargo parece existir una especie de morbo hacia el sufrimiento propio y ajeno, una necesidad de tener siempre algo por lo que sufrir y que de manera directa o indirecta hay que hacer saber a todo el mundo.

Lo mismo peco de demasiado borde, de arisco, de insensible o de algo peor, pero siempre que uno u otro me dice «ay! esta canción me recuerda a…» mi sistema de alarmas interior me alerta de que casi seguro mi interlocutor se va a poner plasta con sus desengaños amorosos, aunque intente hacerme el sueco y haga notar que no va conmigo.

¿Por qué a nadie le recuerdan las canciones cosas más útiles?

Por ejemplo, en una ocasión estaba escuchando una canción de Sabina que contiene estos versos:

Con su otoño Velázquez, con su Torre Picasso,
su santo y su torero, su Atleti, su Borbón,
sus gordas de Botero, sus hoteles de paso,
Su taleguito de hash, sus abuelitos al sol.

La canción, para quien no lo sepa y le interese es «Yo me bajo en Atocha» y lo que me recordó es que tenía que pillar ful. Gracias a ella no me quedé sin fumar ese finde.
¿Superficial? si, puede. ¿Pero qué queréis? Uno escucha música para evadirse, divertirse, para darse marcha, para darse sueño, para leer, para follar.
Nunca para deprimirse, para acordarse de cosas que le han jodido, que hay muchas, miles, pero ese es otro rollo, cosas mías, que no tiene cabida en un soporte físico o virtual donde pueda leerlo todo el mundo.

No, no me gusta que la música me pueda deprimir. Me gustan las melodías, alegres o tristes, duras, suaves, ruidosas, minimalistas, da igual el estilo.
No me fijo en las letras, las entiendo como complemento de la música, no como algo hacia lo que sentirme aludido.

Como mucho la música me puede traer recuerdos de cuando era chico, pero para eso no me hace falta una letra que me sugiera nada en absoluto. Con el jingle del Mazinger Z me basta para recordarlo.

Perse, en su blog, me ha sugerido dedicarle esta entrada. Pero no lo haré. No soy nadie tan importante como para dedicarle nada a nadie.
En su lugar prefiero que cada cual se apropie de su contenido en la medida en que se sienta aludido.

Mis problemas con ELLAS!!

•jueves 17 agosto 2006 • 16 comentarios

Nonono… No os hagais ilusiones que no voy a revelar mis desvaríos con el sexo opuesto ya que no creo que resulte muy interesante la vida de una pequeña familia de clase media-humilde, con su perrito, su stress y sus penurias cristianas.

Con quien tengo problemas es con las cucarachas.

Con estas pequeñas cabronas de cuerpo blanducho y tacto repelente, que son posiblemente los insectos que más fobias producen en dura competencia con las arañas (que personalmente, ni fu ni fa).
Se les puede tener asco o incluso miedo a las cucarachas pero los instintos que despiertan en mí no sé si son normales o es que he sido llamado a combatirlas cruelmente por la divinidad egipcia Cuc-Al, la deidad con cuerpo de hombre y cabeza de insecticida milagroso llamada a sentarse a la diestra del Dios Ra, ya que si este es el Dios del Sol, él lo es del aero-sol.
Pero casi que nos dejemos de chistes de dudosa calidad y pasemos a cosas realmente importantes, lo cual es mucho aventurar porque lo lógico es que al mundo le importe un pimiento si me dan asco las cucarachas como si me acuesto con ellas.

Vamos al lío. ¿Que pasa con las cucarachas? ¿Qué les hago? ¿Por qué?

Uno de mis primeros recuerdos sobre ellas fue cuando tenía cinco o seis años. Había una cucaracha en casa. Era la primera vez que veía una y me quedé mirándola fascinado y asqueado al mismo tiempo. Mi abuela, cucarachófoba de pro (no he sido capaz de encontrar un nombre científico a esta fobia, quede pues el palabro), me levantó de un tirón y me contó una historia que de ser cierta debe ser lo más asqueroso que he oído.
Me decía que les tenía tanto asco a las cucarachas porque en una ocasión estaba hirviendo un bote con leche y una vez tomado el café con leche y todo, al fregar el perolo, descubrió dos enormes cucarachones en el bote.
O sea, que la yaya se metió entre pecho y espalda una infusión de cucaracha.

Eso me provocó un asco hacia ellas que apenas podía reprimir, hasta que un par de años después una noche que había invitados en casa, mi madre durmió conmigo en el cuarto, en un colchón en el suelo. Por lo visto una cucaracha que pasaba por ahí debió decidir que desde la nariz de mi madre tendría unas vistas preciosas del suelo de mi cuarto.
Mi madre no se desperto hasta que el bicharraco, seguramente espantado por algún movimiento que mi mater haría en sueños, empezó a moverse erráticamente sin saber por dónde salir, hasta que los manotazos que se daba mi madre al no saber pero imaginar qué le corría por la cara la lanzaron a mi cama, y yo, recién despertado, lo primero que ví fue el bicharraco metiéndose en mi cama… conmigo… ajjj!

Eso me hizo pasar a la fase del pánico. Durante años, antes del tercer episodio, ante la presencia de una cucaracha tenía que salir cuanto antes del sitio donde estuviera y si la asquerosa se ponía a correr, la retirada se convertía en huída despavorida, acompañada de grititos histéricos y aspavientos que dejarían a los mimos del Tricicle a la altura de un perroflauta en un certámen de teatro callejero.

Y muchos años más tarde crucé el umbral de la tercera fase de mi fobia. Aquella noche en la estación de metro de Pubilla Cases.
Tenía unos 20 años y como todo rockerillo de la época que estuviera orgulloso de serlo, y gracias también a una esbelta estampa que hace años me dejé no sé en qué cajón, lucía una ajustada camisa negra, arremangada casi hasta los hombros.
Estaba en el andén esperando el metro, y como el destino nunca desvía sus pasos, el metro llegó.
Así que me senté en el asiento del vagón sin sospechar que faltaban escasos segundos para una de las situaciones más embarazosas por las que he pasado.
De repente noté un cosquilleo en mi hombro, como un picorcillo. Como era verano lo asocié con alguna suerte de grano o erupción fruto del calor de puta mierda.
Al palpar en la zona, efectivamente, había un bulto. pero antes de poder determinar su tamaño y consistencia, el bulto echó a correr. Quería salir por la manga pero estaba demasiado ajustada como para tenerlo fácil, así que me empezó a correr por el brazo, por el hombro, por la axila… En ese momento vi el camino.
Me quité la camisa y la agité hasta que una ENORME cucaracha, de unos cinco centímetros largos, salió despedida al centro del vagón. En lugar de dar los saltitos histéricos habituales, una furia inexplicable, un estado berserker que hubiese hecho sentirse orgullosos a los mismísimos Manowar me impulsó a perseguir a mi repugnante huésped a lo largo del vagón propinando patadones en el suelo, hasta que el bichejo acabó aplastado en medio del vagón bajo un amasijo de tripas blancuzcas y patas… muchas patas… Tantas patas…
Entonces caí en la cuenta de que, presa de la furia, había olvidado que no estaba sólo en el vagón. Unas veinte personas me miraban en silencio desde sus asientos, que pasada la sorpresa inicial se reían (más de mí que conmigo) y aplaudían, a lo que, dado mi escaso sentido del ridículo, me uní con gusto aunque con la piel de gallina y el estómago revuelto.

Desde entonces el odio sustituyó al miedo (al asco no, este persiste enquistado en mi psique) y me propuse inflingirles las torturas más crueles como quemarlas con tolueno, un inflamable viscoso que las hacía correr a lo bonzo durante decenas de metros, aunque estos bichos apestan cuando se queman.

El sentido práctico que me ha dado la edad ha hecho que sustituya estos métodos por otros más expeditivos como el pisotón de troll, del que creo que se han escapado únicamente una o dos, como mucho. Tal es la puntería y efectividad que tantos años de asesino de blátidos me han otorgado

Pues hala, ya sabeis qué bicho no tendría de mascota.

Verano del 79

•martes 8 agosto 2006 • 6 comentarios

Mis viejos tenían un piso en un pueblo a pocos quilómetros de Barcelona, La Palma de Cervelló, donde pasábamos los veranos y los fines de semana como hacían antes muchas familias.
En aquellos años, los fines de semana Barcelona se quedaba vacía e inerte como un cementerio.

Mi hermana y yo conocimos a unos críos del pueblo, los hermanos Barón.
El Ramonet tenía mi edad, 8 años, la Rosa 9 y el pequeño, el Estevet 6. Más tarde tuvieron otro hermano, el Miqueló.
Recuerdo que fue entonces porque nos pasamos medio verano jugando a ser «Los Cinco» serie que emitían ese mismo año. Incluso teníamos a un émulo de Tim, su perrete Pichi.

También fue el año de «con ocho basta», de «los ángeles de Charlie» y de mis primeros pitillos. Pero esa es otra historia.

Los hermanos Barón tenían las bicis más cutres de todo el pueblo porque sus padres son unos tacaños de cuidado. En cambio mi viejo, ese verano me compró (supongo que a algún gitanito del polígono donde curraba, negociante que era el tio) toda una Rabasa Panther, un peazo de bici de cross, con marchas y toa la pesca, y a mi hermana una Motoretta 2 de BH.
El Ramón, el Estevet y la Rosa estaban como locos con la bicis, y nos íbamos a hacer cross y a conseguirnos algún que otro disloque a los campos de motocross que había en el bosque, cerca del camino del cementerio.
Con los años nos fuimos haciendo amigos inseparables durante los tres meses de vacaciones del cole y los fines de semana.
Los sábados, a las nueve de la mañana ya estaban ahí los tres con las bicis y los bocatas. Los domingos un poco más tarde porque sus padres les obligaban a ir a misa. El Estevet era incluso monaguillo. Siempre agradeceré a mis padres que no me lo hicieran a mí.

Recuerdo que a pesar de ser unos sardinas el Ramón y el Estevet tenían una fuerza descomunal. Bueno, a lo mejor no era para tanto pero a mí me lo parecía porque de crío era más bien flojucho.
El Ramonet decía que eso era de ayudar a su padre porque de mayores querían ser fontaneros como él.

Como a todas las pandas de amigos, los años nos separaron, a los catorce años dejé de subir tan a menudo a La Palma y finalmente dejamos de vernos.

De eso hace ya veinte años.

Por lo visto cumplieron su objetivo de ser fontaneros. Jubilado su padre, se hicieron cargo de su lampistería y parecía que no les iba nada mal.
Me lo ha contado el Ramonet, que hoy le he visto de casualidad.

También me ha dicho que su hermano, el Estevet, se mató hace tres años en la N-340.

A él le dedico estos recuerdos.

Las cosas por su nombre.

•martes 8 agosto 2006 • 6 comentarios

El afán por parecer más listo o darse más importancia ha creado unos tópicos lingüísticos que en la mayoría de casos me duele cuando los oigo, pero casi siempre acabo por sacarles la punta, como a casi todo lo que comento en este blog.
No es que quiera parecer demasiado purista ni dármelas de listo pero hay cosas como adoptar palabras en inglés para parecer más bussinesman o para darle un aire sofistiqué a la ofi que me ponen físicamente malo, malito.
He estado varios años currando en una ofi de este tipo y me he pegado hartones de cobrar en cash, de cumplir deadlines, de darles caña a los borderlines, de pensar en el target cuando hago un diseño o de brainstormings con el jefe, aparte de toda la colección de rapporrts, brieffings, FYI’s ASAPs, PLZ’s para acabar con el mobbing que me decidió a tener mi propia enterprise, de la que soy general manager. Un asco, oyes.
Sobre esto tengo una pequeña anécdota (que posiblemente sea la que me puso en el punto de mira del boss) pero que me reí lo mío.

Este tipo, llamémosle Corbátez, siempre andaba oficina arriba, oficina abajo repitiendo vocablos en inglés o en francés indistintamente, como si del personaje de Edward James Olmos en Blade Runner, Gaff, se tratara. Así que el tio se plantaba en mi despacho diciéndome que «a este packaging le vendría bien un degradé de fondo porque el puntillé lo veía demasiado trendy. recuerda que tratamos con un target bastante conservador, algo demodé» y otras perlas de sabiduría políglota.
Creed que yo estaba convencido de que el hombre sabía idiomas (inglés al menos) hasta el día que un cliente de Florida (USA) le mandó un e-mail y vino a mi despacho con el e-mail impreso diciéndome «Tú-era el nombre de pila más común en esa oficina- tradúceme este e-mail» (por favor era la palabra tabú).
Y claro, liado que andaba uno y sin putas las ganas de ponerse a traducir el correo ajeno, apunté: «Pero tú no sabías inglés?»
A lo que Corbátez respondió en un alarde de ingenuidad impropio de todo hijoputa que se precie: «Sí, pero no tengo tiempo de ponerme a traducir, que me voy en 10 minutos»
Y yo, que debo ser más lerdo de lo que creía para entender los entresijos del alto empresariado, repliqué: «Y eso qué? si sabes inglés con leerlo tienes bastante»

Entonces caí en la cuenta de que Corbátez tenía el mismo nivel de inglés que Paco Martínez Soria y él se dio cuenta de que le estaba tomando el tupé (o pulling his leg como se dice por esos mundos angloparlantes).

Sin necesidad de recurrir a anglicismos, galicismos o germanías, en todo sector profesional hay palabrejas que se dicen por marcar la diferencia entre un profesional y un humilde mortal.
El sector en que me muevo, las artes gráficas es campo abonado para estos casos, hasta el punto que en imprentas y talleres mucha gente ajena al gremio puede sentirse como en Rivendel, pues palabras como «remosquear» «flu» «puntura» «reventado» o «ala de mosca» pueden parecer misteriosas sentencias en élfico.
Es gracioso a la vez que increíblemente pedante el profesional que empieza a soltar tecnicismos ante un cliente o lo que es peor, en sus relaciones sociales, esperando a que su interlocutor empiece a poner cara de asistir a una curso acelerado de cartografía venusiana para entoncer hincharse de satisfacción ante la masterclass que está a punto de darle al pobre ignorante que como puede intenta seguir la conversación.
Porque vamos a ver… ¡¿cómo es posible que un ser que ha cursado como mínimo educación primaria no sabe lo que es un remosqueo?!

Y las siglas! Oh! Las siglas! Toda profesión tecnológica que se precie debe tener una colección de siglas en su mayoría inaccesibles para el lego, que le dan al técnico que las pronuncia un status de moderno criptógrafo, y le dota de un interesante aire de misterio, como si semejante cerebro del siglo XXI fuera capaz de traducir «la divina comedia» a la escritura cuneiforme mientras con la otra mano juega al Tetris.
Invadidos estamos por las siglas… frenamos con ABS nuestro coche GTI, diseñamos páginas web con WISIWIG, le pagamos la conexión a internet a nuestro ISP, en la red nos conocen por nuestra IP y en el mundo por nuestro NIF, el monitor del ordenata se llama PVD, pagamos el PVP con el IVA incluído, facturamos con IRPF… A este paso le pediremos mil duros a la MQNP (madre que nos parió), cobraremos los talones a fin de mes firmados por el CQNE (cabrón que nos explota) y si el talón falla podemos acabar en la PC (puta calle) por no poder pagar el CPC (carísimo piso de los cojones).

Mención aparte merecen también los que sin necesidad de recurrir a ninguna lengua extranjera autolimitan la propia con muletillas (creo que fue Unamuno quien dijo que hay frases hechas que son muletillas para la cojera dialéctica).
Una frase que siempre me ha hecho mucha gracia es «tengo mucha sicología» (sin P) para referirse a ser capaz de saber de la idiosincrasia la gente.
Mucha psicología… ¿qué cantidad de psicología hace falta para llevar la empatía a tal extremo? ¿cómo se mide la psicología? ¿en metros o en galones?
Siendo así, la Paquita del primero debe tener mucho periodismo porque está enterada de todo lo que pasa en la escalera y mi hermano debe tener muchas telecomunicaciones porque una vez me arregló el interfono.

Otra: «Soy una persona que…»
¿En serio? ¿Una persona?
¡Pues no lo hubiera notado si no te viera caminar sobre dos patas!

En fin… son estas maneras de llenar frases simples de palabras inútiles, a ser posible de más de tres sílabas (que son los vestidos de noche de las frases, visten mucho pero dicen poco) y eso, en un país que está a la cola de la UE en comprensión lectora es bastante significativo.

Sin querer rendir demasiada pleitesía a Lázaro Carreter, malos tiempos corren para el castellano. Un idioma que fue tan rico y hoy tiene que verse prostituido entre vocablos de segunda, importaciones hostiles y lenguajes SMS (ya sbis, akllo k acn ls xavals xa n skribr plbrs nteras, n s valln a erniar)

Carlos Giménez (I) Obra Autobiográfica

•domingo 9 abril 2006 • 4 comentarios

El cómic español no llegó a a gozar de buena salud a nivel autoral, hasta el fin de la dictadura de Franco, la tan ansiada transición política. El autor de cómic medio hasta entonces había sobrevivido (o mejor dicho malsobrevivido) en agencias de cómic «en serie», trabajando con guionistas que ni siquiera conocía, muchas veces en series que ni siquiera le gustaba, por cuatro perras y sin acreditar su trabajo a pie de página.
Esta situación se daba casi exclusivamente en el cómic «serio», mientras que la mayoría de autores de humor infantil vivían una era dorada, con gran cantidad de revistas en el mercado y todo el trabajo que querían, mejor remunerado y sobre todo más reconocido.
Son los casos de Francisco Ibáñez (mortadelo y Filemón), Josep Escobar (Zipi y Zape, Carpanta), Martínez Schmidzt (El profesor Tragacanto), Peñarroya (Don Pío), Vázquez (Anacleto, Las Hermanas Gilda) o Bernet Senior (Doña Urraca).

En muchas ocasiones estas historietas contenían una carga social bien disimulada bajo una gruesa capa de humor y aparente inocencia, sobre todo gráfica, que parecía pasar por debajo de la voraz tijera de la censura. Curiosamente, los tiempos dorados de los «tebeos» correspondían a los tiempos más negros de la historia de España en el siglo XX: La postguerra. De los mejores ejemplos que tenemos es el de Carpanta, de Josep Escobar, en el que se retrataba desde, filtrada por el prisma de la comicidad, una época en la que el hambre asolaba el país, existían las cartillas de racionamiento y el estraperlo era una de las actividades más perseguidas. Triste situación la de un país cuando su gente necesita «camellos» de pan.

Carpanta

Eran tiempos en los que por lo que valía un tebeo uno se iba al cine, compraba pipas y aún le sobraba para una caña. El tebeo, aparte de no pasar por el aro del oscurantismo cultural que imponía el régimen (cito a Ethan Coen: «Ya sabe, es para críos»), era el medio ideal para mantener ocupada la mente del ciudadano, sobre todo el de los niños, con sus dosis de humor ante la desesperante situación que ofrecía el país. Otros tebeos, promocionados por el régimen como «Roberto Alcázar y Pedrín» gozaban de una salud envidiable, pues el fascista investigador de tan evocador apellido estaba destinado a ser modelo de comportamiento para los niños. También otros personajes como «Capitán Trueno» o «El Jabato» impartían los valores heredados de los Reyes Católicos y Don Pelayo, siendo los personajes fieros luchadores contra la «Amenaza Sarracena».

Vineta1

Pero durante el tardofranquismo y la transición surgió una hornada de autores valientes y rabiosos que, tras años de silencio forzado por lo ingrato del trabajo anónimo en agencias, aparte de lo peligroso de mostrar tendencias políticas no afines al régimen, empezaron a hablar alto y claro a través de sus viñetas.
Hablo en especial de CARLOS GIMÉNEZ, Que durante tres décadas ha ido mordiendo el culo del sistema desde la izquierda más radical y aún hoy refrescándonos la memoria acerca de los acontecimientos que marcaron, más para mal que para bien, el país y más concretamente su Madrid natal.

Autor 11

PARACUELLOS

Carlos Giménez (Madrid, 1941) nació en una humilde familia, de padre republicano que murió siendo él un crío. A la muerte de éste y dada la mala salud de su madre, pasó toda su infancia en varios internados de «Auxilio Social».
Sobre ésa época de su vida versaba la obra que le hizo famoso tanto en españa como en el resto de Europa, «Paracuellos» (1977), que le debe el título al Hogar en el que estuvo recluido la mayor parte de esos 9 años.

Catalogo 18

En la serie (consta de cuatro álbumes hasta el momento) narra en muy diferentes tonos anímicos, a saltos entre la comedia y el drama más desgarrador, los años que pasó interno en los hogares de Paracuellos del Jarama y García Morato.
La represión, el hambre, los castigos más crueles eran el temario de las escuelas-hogar de «Auxilio Social» y son desgranadas sin piedad anécdotas que ponen la piel de gallina.
Vemos impotentes cómo esos pobres críos pasaban hambre y sed. Cómo guardaban los chuscos de pan duro para usarlos como moneda de cambio o para almacenarlos y darse una atracón en Navidad. O la descomunal paliza que les dieron a Carlos y a un amigo suyo porque los pillaron durmiendo en la misma cama después de un atracón de pan duro y contarse unos cuentos. «Los impuros», les llamaban las monjas del demonio.

En «Paracuellos» se da uno cuenta de que Carlos Giménez sabe contar historias al ver que estas se desarrollan con fluidez en una composición de páginas tan sobria que no hay ni siquiera «calles» entre las viñetas. En los sucesivos tomos el diseño de página se fue actualizando, por eso destaca la sencillez del planteamiento narrativo de las primeras historietas.

BARRIO

A los 14 años salió de la vida de los internados para volver a su barrio, donde encontró trabajo como aprendiz en un taller de cerámica.
De esa época nos habla en su segundo álbum autobiográfico, «Barrio». Es una tan emotiva como «Paracuellos», pero suaviza el tono de la narración a una tragicomedia de tintes más nostálgicos, ya que si bien el país no estaba en su mejor momento, ése era el mejor momento que había conocido, la libertad.

Catalogo 20

Las aventurillas de poca monta de los amiguetes del barrio, el jefe, los primeros pitillos se mezclan con la memoria de la represión policial del régimen, el oscurantismo cultural, y la doble moral en una combinación más ligera que en «Paracuellos» pero igualmente refrescante para la memoria.
En «Barrio» nos cuenta el primer día que pasó en casa de su madre después de salir del «Hogar» y de cómo se atracó de todo lo que tenía en la nevera su madre (poquita cosa, por otra parte, gajes de la postguerra) porque en el «Hogar» sólo comían garbanzos y además no sabía leer el reloj porque no tenían relojes en «Auxilio Social».
También cómo el padre de la Pepi, que era un hijoputa, la dejó preñada y se la llevó al pueblo. O el Poli, que era un ñarra con una boina y nunca decía a nadie su nombre porque era tan feo que parecía una venganza.
Recientemente Glénat ha publicado la segunda parte de esta obra, que comentaré tan pronto como la devore este fin de semana.

Barrio201

LOS PROFESIONALES

Carlos Giménez comenzó su carrera profesional en 1959 en el estudio de Manuel López Blanco, donde realizaba historietas para la agencia Ibergraf.
Sus primeras series en el estudio fueron «Drake & Drake» y «Buck Jones».
Más tarde forma estudio en Madrid con Esteban Maroto y Adolfo Usero.
Viaja a Barcelona para incorporarse a la agencia Selecciones Ilustradas, de Josep Toutain, que más tarde fué el artífice del Boom de los años 80 con publicaciones como Creepy, 1984 y Comix Internacional.
De la época que pasó en Selecciones habla en los tres álbumes de la serie «Los Profesionales» y el último de la serie que se tituló «Rambla arriba, Rambla abajo»
Catalogo 16

En la obra da un repaso a la colección de descacharrantes putadas que se hacían los dibujantes en el estudio, como al pobre Josep Mª Abé (Por Beá, autor de «Historias de la taberna galáctica»), que se incorporó con 14 años al estudio como aprendiz y le hicieron creer que tenía que venir un boxeador a pegarles una paliza a los novatos para que se fueran acostumbrando a la durísima vida del dibujante.
También cuenta sobre las revistas de pin-ups que Redaños se llevaba del archivo de Gonzalo González (Por Fernando Fernández, autor de «Drácula», seguramente la mejor adaptación del mito en cómic) y se las devolvía llenas de manchas «de café», decía. Hasta que Tony Tano se trajo su detector de mentiras.
Esta es una obra imprescindible, una comedia coral con multitud de personajes que siempre tienen algo que contar, hilarante hasta la lágrima, en las antípodas de sus primeras obras autobiográficas, aunque no está exenta de la inevitable aunque ligera carga social que como cronista le imprime.
Los Profesionales 1

Todas las historias de las series «Paracuellos», «Barrio» y «Los profesionales» son completamente reales y vividas por el autor.

CONTINUARÁ

El Denunciante de Bolsas de Basura

•martes 21 marzo 2006 • 7 comentarios

Qué extraño pajarraco he avistado!

El otro día, en el antro que tengo como punto de avituallamiento nocturno conocí a un peculiar personaje que tenía visto del barrio, del que sólo sabía que pasea a un perrito cachondo que piensa que mi perra es merecedora de sus proposiciones olfativas, aunque lo único que el pequeño crápula consigue son tremendos improperios que no sé descifrar porque soy un lamentable desconocedor del idioma perrés.

Lo siguiente que supe del extraño hombrecito es que se dedica a la divulgación de los peores chistes que haya tenido a mal escuchar, aunque los riega de un entusiasmo que resulta francamente gracioso, cuando no chocante.
Convencido me hallaba de que, por su edad, era ésta la actividad principal que llenaba sus horas.
Craso error.

El señorcito en cuestión, llamémosle Joanet, pues tal es su nombre, oculta una realidad más oscura.
Es denunciador de bolsas de basura, creedlo o no.
Pero… Qué delito o falta pueden cometer los resíduos que generamos en nuestra vida cotidiana?
Me dispongo a explicarlo:

Una ley impuesta por el Ayuntamiento de Barcelona, que desconocía tal como desconozco si opera en otras ciudades, dicta que la hora de depositar la basura en el contenedor correspondiente es entre las ocho y las diez de la noche.
Así, el Joanet, armado con su bloc, su boli y sus pegatinas, recorre las calles del barrio entre las siete de la tarde y las once de la noche viendo qué contenedores están llenos antes de las ocho (la mayoría) y quién deposita basura pasadas las diez, y le adhiere la marca de la vergüenza al desperdicio infractor.
Qué actividad inútil, pensaba yo, pues asumía que su labor era de carácter meramente informativo para el Ayuntamiento. Pero no!
Resulta que tras el informe, hay otra serie de personajes que se dedican a hurgar en las basuras en busca de algún indicio que delate al faltador, como sería una factura, carnet o cualquier otro documento que revelara el nombre y la dirección del interesado.

Por supuesto, conociendo al Joanet, que está más colgao que Billy el Niño, mi primera respuesta fue: Anda, Joanet, no me tomes al pelo, que me queda poco!
Pero qué va! Una chica que estaba con nosotros en el bar, barrendera municipal y por tanto casi compañera de trabajo del Joanet, corroboró la versión de quien desempeñaba tan extraña profesión.

O sea, que están leyendo las líneas de un delincuente ya no en potencia sino declarado, ya que con mis horarios de mierda me es imposible bajar la basura antes de las 11:30 de la noche.

De repente me siento un tipo peligroso! Qué guay! Soy un proscrito! Un Desperado!
Así que chicos/as… cuidado con los comentarios que posteáis, que estáis leyendo a un tipo peligroso de un barrio que no es precisamente Pedralbes ni el Paseo de la Castellana.

La más estúpida de las guerras.

•viernes 17 marzo 2006 • 5 comentarios

En las guerras tal y como las conocemos muere gente. Es prácticamente inconcebible que nadie muera en una guerra. Soldados, hombres, mujeres, niños, ancianos, ocasionalmente algún que otro mandatario…
Se libran guerras por territorios, por petróleo, por dinero, por religión, guerras que se inician por la locura de algunos lo suficientemente carismáticos como para que cuatro locos les sigan.
Son tantos los motivos por los que se inicia una guerra como guerras han habido, y han tantas como motivos para que no existan.

Pero desde que el mundo es mundo se libra una guerra que aún no ha conocido su fin. La más estúpida de todas. Una guerra sin muertos (o no demasiados, a comparación) aunque no menos cruenta.
La guerra de sexos.

Por las noches suelo pasear a mi perro, aprovechando la ocasión para meterme un ratito en el bar.
Tópico, pensaréis. Sí, cierto, es tópico. Como tópico es lo que encuentro una noche tras otra en el local que frecuento: Una parroquia fija de, quasi-alcohólicos, amargados y divorciados.
Si cada vez que he oído lo malas que son las mujeres, lo putas que son, lo libres que se sienten los ex-maridos por no tener que aguantar más a las focas de sus ex-mujeres me dieran un euro, posiblemente no me haría falta un blog. Escribiría mis pajas mentales en La Vanguardia porque me habría comprado la redacción con personal y todo, de lo podrido de pasta que estaría.
Os digo en serio que casi me he llegado a pelear con alguno que no se creía que, teniendo pareja, una hija y un perro, entro y salgo de casa cuando me place, habiéndome llegado a llamar fantasma, mentiroso y vacilón.

Tópico, no? Pues si.

El mundo está lleno de estos machos de boquilla, sultanes a tiempo parcial que durante la partida de dominó y el carajillo ponen a parir a las mujeres y se las dan de macho alfa, pecho henchido cual urogallos en celo. Pero al llegar a casa… ay! Se han de enfrentar a la realidad, la de la mujer que no ha dado un palo al agua desde el mismo día de su boda, amparándose en la ley (no escrita) según la cual el hombre se desgañita a trabajar y la mujer sólo debe ocuparse de tener la casita cuca, hacer la comidita, sonarles los mocos a los críos y abrir las patas en día 31 que cae la morterada, que como precavida hormiguita, administrará el resto del mes para evitar que el gañán de su marido se lo gaste en vino y putas (actividades para las cuales se crearon las salvadoras horas extras).

Tópico, eh? Si, si.

Pero…

Esos tiempos han quedado atrás. Los sueldos ya no llegan para vivir, las horas extras ya no existen (son horas que altruístamente el trabajador dedica a la empresa, en agradecimiento por sacarle del pozo del desempleo), ergo no se cobran. Así que (tachán!) la mujer trabaja.
Y ahí es donde la cosa se complica.
La mujer debe trabajar para aportar en casa unos ingresos sin los cuales sería imposible pagar una hipoteca (y un coche de tres millones, un ordenador, un curso de informática para saber cómo coño funciona este trasto del infierno, un dvd, un televisor de plasta, y un microondas full equip).

En eso nos encontramos ante un abismo generacional casi insalvable.
Me explico. Desde pequeños, niños y niñas hemos mamado que mamá está con el mocho y papá (cuando teníamos la suerte de verle) en el sofá con el periódico o en el bar tomando el vemutillo.
Nuestros juguetes eran meccanos y coches teledirigidos para los niños y muñecas y juegos de maquillaje para las niñas. las niñas jugaban a papás y a mamás y los niños huían de ellas si el juego en cuestión no incluía meterles mano (como papá a mamá el día 31).
Así, hoy nos encontramos con una realidad totalmente distinta que ha pulverizado nuestros esquemas.

Lo que antes asqueaba a los hombres (el trabajo, la fábrica, el cabrón del jefe) hoy lo desean las mujeres para sentirse realizadas.
Lo que antes aborrecían las mujeres (la cocina, el jaleo de los críos) hoy lo desean los hombres para participar más en la vida familiar.
Así parece que llegamos a un consenso, en el que la mujer debe trabajar igual que el hombre para poder aportar solvencia a la familia y el hombre debe participar en las tareas de casa y el cuidado de los hijos para ser un engranaje importante en la maquinaria doméstica.
Bien, no? Armisticio, igualdad y amor.

Pero no todo es tan sencillo!
Incluso la vida moderna adopta tópicos.
No hay igualdad, todavía, de oportunidades laborales entre hombres y mujeres.
Si bien es cierto que la incorporación de la mujer al trabajo es cada vez más importante, también es cierto que la media de calidad de estos empleos es peor.
Siempre hablando estadísticamente, una mujer gana un sueldo hasta un 30% inferior al de un hombre en trabajos de similares características. Esto, creo, obedece a la oligarquía que reina en muchas empresas, conservadurismo carpetovetónico que sentencia que si la mujer quiere trabajar será en estas condiciones, sólo por ser mujer. Y si no le gusta, pues a fregar platos. De modo que, ya que el gobierno no estipula un sueldo máximo para mujeres, ello a la fuerza tiene que venir de políticas internas de las empresas.
Estas prácticas lamentables (que muchas veces obedecen más a oportunismo económico que a verdadero machismo) llevan a pensar que los hombres somos las bestias pardas de la evolución humana.

La guerra no termina aquí. Cierto que la «inserción» (permitidme las comillas) de la mujer en la vida activa proporciona una cierta calma en el ambiente, aunque no deja de ser una calma tensa.
Los tópicos nos invaden. Desde los medios divulgativos se nos inculcan estos tópicos, un auténtico aluvión mediático que separa masculinidad y feminidad de forma demasiadas veces hostil.
Así tenemos los deleznables anuncios de cierto desodorante masculino que parece tener un ingrediente en su composición que anula la voluntad de las mujeres, convirtiéndolas en pedazos de carne con agujeros en zonas estratégicas, faltas de toda capacidad de decisión.
En contrapartida, un anuncio de electrodomésticos alecciona a las mujeres sobre la necesidad de desechar un marido acogiéndose a la garantía de su lavadora, pues es tan fácil su uso que seguro que la tara la tiene el marido si no la sabe hacer funcionar.
Y eso es sólo por poner dos ejemplos, no se vaya a alargar esto mucho más de lo que se está alargando ya.

La literatura no escapa tampoco nos salva de la diferenciación.
«Las chicas son de Venus, los chicos de Marte», «Por qué los hombres no saben hacer dos cosas a la vez y las mujeres no saben leer en los mapas». Estos libros, que para mi gusto están a la altura del más rancio de los tratados de autoayuda, constituyen al menos un divertimento nada partidista aunque eminentemente peligroso si se toma demasiado al pie de la letra.

Tópicos como «las chicas guapas son todas unas lerdas» y «los chicos guapos no son de fiar» denotan una incultura tan grande que me avergüenza pertenecer a la misma especie animal que quienes lo vomitan.
Mención aparte merecen aquellas que cuando uno, en privado o en público opina «joer, que fea que es esta mujer/chica/tía», siempre, indefectiblemente, salta alguna diciendo «va, hombre, pero es muy buena tía». Siempre que oigo esta coletilla estallo en risas y contesto «Si, vale, pero yo no hablaba de eso. Cuando diga que no es buena tía, dime que sí lo es». En cambio, cuando uno dice «joer, hay que ver lo feo que es este tío» siempre sale una a decir: «Es verdad, tiene cara de sapo»

Más allá de esto está lo realmente peligroso. La radicalidad.
Me parece horrible la política de ciertas publicaciones que instan por separado (por supuesto) a hombres y mujeres a tratar al género opuesto como un mueble sin voluntad, excesivamente obsesionadas con lo malos y tontos que son los hombres y lo pérfidas que son las mujeres aunque buscando bien se encuentre «ganado de primera» cuya facilidad oscilará en función de lo bien que un machote desarrolle los ritos sociales que invariablemente desembocarán en un catre.

Manifestaciones todavía más peligrosas en las que cuatro mal folladas, reconvertidas en adalides del modus vivendi de las Amazonas, convencen a las nuevas generaciones de chavalas de que no necesitan para nada a los hombres si saben escarbar y encuentran su «botoncito de la alegría», discriminando al varón y presuponiendo que un miembro sin articulaciones nada bueno puede traer consigo.
Ni que decir tengo que por el contrario, muchos hombres, alarmantemente jóvenes, despotrican de las mujeres al primer desengaño, ya que en su estúpido orgullo de macho ultrajado no son capaces de ver que no son capaces de estar a la altura en una relación y antes de reconocer que es uno quien tiene que adaptarse a los tiempos prefieren opinar que todas las mujeres se han vuelto unas putas (excepto, claro, sus santas madres que tantos calzoncillos habían lavado).

Pues chicas, los hombres son necesarios. Y no sólo sirven para tenerlos guardados y sacarlos únicamente para perpetuar la especie. Claro que existen los bancos de semen, pero seamos sinceros, el que un sexo puede estar sin el otro es una soberana gilipollez.
Si mañana separasen a ambos géneros y pusieran a los hombres en América y a las mujeres en Europa, ellas no tardarían ni dos semanas en colonizar las zonas rurales y hacer del pepino la joya del producto autóctono y ellos se acoplarían hasta en los tubos de escape de los coches en marcha.

Lingüísticamente, lo cierto es que urge un cambio de costumbres en la jerga cotidiana. Alguien se ha parado a pensar en lo que cambian ciertas palabras dependiendo de si se dicen en masculino o en femenino? Por ejemplo:

Guarro: Hombre que no se lava.
Guarra: Puta

Zorro: Hombre astuto
Zorra: Puta

Fulano: Uno cualquiera
Fulana: Puta

Perro: Hombre gandúl
Perra: Puta

Puto: Hombre que las mata callando
Puta: Puta

Esto, amigos, clama al cielo.
Este es el legado cultural que debemos a nuestros ancestros? pues vamos arreglados.

Resumiendo, aunque ya no estoy a tiempo de eso, de todas las guerras estúpidas, la guerra de sexos es la más estúpida y quienes la libran, personajillos reprimidos y adocenados que quiero bien lejos de mí. Me aburren tanto que preferiría ver una del Von Trier o jugar al Scrabble con la estatua de Raquel Meller.

Disculpen el ladrillo, pero como escribí unas entradas más abajo (hace seis meses) son ustedes libres tanto de leerlo como de publicar un comentario llamándome de plasta para arriba.

Apocalipsis Zombie – Crónica en español de la llegada de los No Muertos

•viernes 17 marzo 2006 • 3 comentarios

Buscando por ahí, me he enganchado sin remedio a un curioso blog.

Es un diario ficticio (por supuesto) de un abogado que relata el fin del mundo a manos de hordas zombie al más puro estilo de G. A. Romero, con la diferencia de que todo está visto desde la óptica de un español (gallego para más señas).
En el relato reconocemos ciudades como Santiago, Toledo, Madrid, Barcelona, Zaragoza, lo que lo hace más creíble a nuestros ojos y por supuesto más aterrador.

El tio no escribe nada mal y engancha a cada nueva entrada que escribe, día a día, desde el inicio del conflicto zombie, cuando los gobiernos se dedican a tirar pelotas fuera con la desinformación hasta el fin literal de la civilización.

De verdad, no os lo perdáis si os interesa el tema zombie porque si bien no es un tema ni un tratamiento original, si es muy ameno en adictivo, sobre todo cuando ya has leído las actuales 68 entradas y tienes que esperar por más.
Tiene ya centenares de lectores, a juzgar por la cantidad de mensajes vertidos por los que siguen la historia y minirelatos paralelos de los colaboradores dentro de los comments.

No digo más, todo lo que diga puede contener spoilers.

Link (para los que les dé pereza buscar en la sidebar): http://mundocadaver.livejournal.com

A disfrutarlo!

Adiós, HIJOPUTA!

•jueves 16 marzo 2006 • 3 comentarios

Por fin.

El 11 de marzo de 2006 murió Milosevic. Hay muy poca «gente» de la que me alegraría su muerte, y éste es uno de ellos.

Milosevic

Slobodan Milosevic, Dirigente del Partido Comunista de la antigua Yugoslavia en los años 80, reconvertido posteriormente al más recalcitrante nacionalismo, que empujó al país a una cruda guerra de secesión.

Anticarismático, mal orador, carente de toda elegancia es (fue), posiblemente el más impresentable de los dirigentes políticos que haya pisado la Europa democrática.
Aun asesino, genocida que iba a ser juzgado por su responsabilidad en 200.000 asesinatos de guerra.
Parece que, incapaz de digerir la humillación de un juicio por genocidio, ingirió un fármaco inadecuado para sus dolencia de hipertensión e insuficiencia cardíaca que ñe provocó la muerte. Su enfermedad le sirvió para eludir el juicio una veintena de veces desde su detención en 2002.
Curioso dato el de sus achaques. Se diría que el corazón no le supuso una molestia ni por un instante cuando sus perros Radislav Krstic y Vidoje Blagojevic asesinaron el 11 de julio de 1995 en Srebrenica a 8000 niños y hombres tras evacuar a las mujeres, que servirían de consuelo a las sarnosas pollas de todo soldadito que se preciase de ella.


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Srebrenica

Milosevic será enterrado sin honores el próximo sábado 18 de marzo ante unos pocos centenares de desgraciados que le seguían, los mismos que vertieron sus putas lágrimas hipócritas el pasado 11 de marzo.


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Bueno, pues se acabó. Hijoputa menos. La lástima es que no acudió a pagar sus deudas. Qué cojones! la lástima es que no cayera en mis manos este hijo de puta rancia.

A tomar por culo, cabrón. Encima tendrás suerte y ni se te comerán los gusanos por asco.
Adiós, HIJOPUTA.

Más comics – Richard Corben

•miércoles 15 marzo 2006 • 1 comentario

Costó lo suyo que el cómic se reconociera como un arte. En el salón del cómic de Barcelona, a principios de los 90, se reivindicaba el medio como «el 9º Arte», el arte secuencial que el maestro Will Eisner (The Spirit, Afán de vida, Contrato con Dios) ya hubiera declarado una década atrás en su tratado sobre la técnica del cómic.


Comics And Sequential Art Will Eisner

En España nunca ha habido un reconocimiento del cómic como Arte, ni tan sólo como profesión seria. Cuántas veces un profesional del cómic habrá oído cosas como «va, en serio, a qué te dedicas?» o «y eso te da de comer?».
La realidad es muy distinta. Nuestro país cuenta con grandes maestros del cómic (de los que próximamente hablaré en este blog) que han podido ganarse la vida gracias a su reconocimiento en el extranjero. Esto ocurre especialmente hoy día, en que hay una evidente desertización de publicaciones en nuestros quioscos.

No ocurre lo mismo en otros países, como Francia, con un tradición ancestral en cómic (bande dessineé), o en Estados Unidos, donde algunos dibujantes han sido verdaderos mitos en su país y fuera de él.
Pero hay artistas que están más allá de etiquetas, de ramas profesionales. Artistas completos, en definitiva.
Es el caso de Richard Vance Corben.

Corben

Nacido en Kansas, en el seno de un humilde familia de granjeros, empezó su carrera artística en la empresa de animación Calvin Communications, al tiempo que su lápiz hiperactivo paría historietas para fanzines underground, publicaciones muy extendidas en Estados Unidos en la segunda mitad de la década de los 60, que se publicaban en la clandestinidad debido a su contenido erótico y violento, además de tratar temas de drogas y denuncia política.
Además el poco tiempo que le quedaba lo dedicaba a completar una película que mezclaba imagen filmada con dibujos animados que realizó, dibujó y montó él mismo: Neverwhere.
Este cortometraje fue inspirador de la obra que le dió fama mundial y que le inició en los círculos del comic «overground»: DEN. La obra recibió
Hasta entonces intentó llevar adelante un fanzine dentro del ámbito underground llamado «FANTAGOR PRESS», con menos fortuna que sus contemporáneos Robert Crumb o Rand Holmes.


Fantagor3

Durante su época underground publicó historietas que más tarde han alcanzado el status de culto por diversos motivos. Una de las más relevantes en España quizá fuera «El amor del cojo Lem», que fue publicada en el número 0 de Creepy, hoy cotizada en el mercado coleccionista a precio de azafrán, o también «Cidopey», reconocida como la primera historieta underground a color. El grueso de la obra underground de corben se publicó en España dentro de la colección de obras completas que Toutain Editor.

Cidopey1
Pero fue con la serie «DEN» cuando obtuvo el reconocimiento internacional y se afianzó en los círculos overground. De hecho, ya estaba tanteando el círculo profesional del cómic de la mano de Warren Publishing aceptando una propuesta suicida: entregar cada 6 semanas 22 páginas a color. Warren había quedado impresionado con los experimentos que Corben hacía con el color y dijo que quería una historia de Corben a color en cada una de sus revistas. mantuvo esa línea de producción durante seis meses. Fue en Warren donde conoció
DEN Esta serie, que actualmente consta de 5 volúmenes, aunque personalmente el que suscribe considere verdaderamente interesantes los dos primeros «Viaje al mundo de Nuncanada» y «Muvovum», se publicó serializada en nuestro país en la revista 1984, de Toutain Editor y posteriormente en álbum en la misma editorial. Los dos primeros volúmenes suponen dos de las mejores obras gráficas jamás publicadas en cómic, aunque el particular estilo gráfico y narrativo de Corben siempre ha mantenido a crítica y público en división. Corben nunca ha dejado indiferente a nadie, teniendo seguidores y detractores a partes iguales.


Den

Tout-101

A partir de entonces comenzó a publicar en las revistas más prestigiosas del momento, como «Heavy Metal» (en la película del mismo título se incluye una versión animada de «Den», Creepy, Eerie (ambas de Warren Publishing), además de realizar ilustraciones para diversos magazines (Doubleday, Morning Star Press, A Feast unknown).
Como portadista ha realizado ilustraciones para varios libros y discos, de los que cabe destacar «Bat Out of the Hell», De Meat loaf o «Bad for Good», de Jim Steinman.

Cuando Corben se expresa en color lo hace con un dominio de los volúmenes y de las luces fuera de lo corriente, algunas veces al límite del hiperrealismo y otras de manera más sintetizada, intuitiva que combina el blaco y negro puro superpuesto al color. Den y Muvovum son un punto álgido en expresión en color, no sólo en el contexto de su obra sino en la historia del cómic en general.
Afortunadamente, en España pudimos ver editada la obra sin censura alguna. Y aparte de por lo obvio, digo afourtunadamente por haber visto verdaderas chapuzas en materia de censura en cómics, parches que muchas veces ni siquiera eran encargados al autor sino que eran colocados chapuceramente sobre las páginas.

En blanco y negro el dibujo de Corben es duro y tosco, agresivo, aunque posee su estilo inconfundible. las sombras y las luces se marcan en el más riguroso blanco y negro recortadas con verdadera pericia para conseguir volúmenes realistas.

Lukecage

A Corben se le ama o se le odia. No hay término medio. Algunos admiran su técnica del color, su capacidad para reproducir iluminaciones, su dominio del aerógrafo y últimamente del ordenador.
Corben es un experimentador compulsivo. Ha usado desde técnicas fotomecánicas de separación de colores hasta directos de aerógrafo, pasando por el retoque fotográfico y el collage.
Para la obra «Den» esculpió los personajes principales previamente para poder captar las luces correctamente, ya que la escultura es otra de sus habilidades.

Sus detractores argumentan que es capaz de hacer de una viñeta una obra arte y a la siguiente dibujar poco más que un monigote.
Otros opinan que su estilo es demasiado blando, sobre todo cuando trabaja en color, por los volúmenes suaves que proporciona el trabajo con aerógrafo, y en contrapartida hay a quien no le gusta el exceso de negro como trabajo previo al color.

Aún así, guste o no, Corben es Corben. Inconfundible aunque el tratamiento gráfico sea radicalmente distinto de una historieta a otra.
Su estilo le ha llevado a dibujar especiales de varios personajes legendarios del cómic de superhéroes, dándoles un estilo personalísimo, una visión diferente del personaje que, una vez más a algunos, más puristas del género, se les puede atragantar.
En su «galería de famosos» podemos encontrar a Hulk, The Punisher, Batman, Hellblazer o Aliens.


Richard Corbend

Punishertheend

Corben1


Hardtime

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Alacy1
IMPRESCINDIBLES:

– DEN.
– DEN II (MUVOVUM)
– MUNDO MUTANTE
– BLOODSTAR
– PILGOR (BODYSSEY)
– JEREMY BROOD
– TRILOGÍA DEL TIEMPO
– TRILOGÍA DEL «NIÑO» (Ambas publicadas en «el maravilloso mundo ce Richard Corben», Toutain Editor.
– LAS 1001 NOCHES
– VUELO A LA FANTASÍA (Una recopilación de sus primeros trabajos, biografía y portfolio con lo más destacable de su obra como portadista).

Conviene además dar un repaso a diversas historias cortas aparecidas en Creepy y Zona 84, de las que cabe destacar:

– Una historia gótica
– Rex y yo
– Una gran chica
– Cambio a mejor
– La bestia de wolfton
– El amor del cojo Lem
– In deep (profundo)
– La caída de la casa Husher

Y las historias de la colección Underground que aparecieron dentro de la serie Obras Completas, publicadas al igual que la mayor parte de su bibliografía en español, por Toutain Editor.

Web del autor: http://www.corbenstudios.com/

No dejéis de visitar la mayor web de consulta sobre la obra de Corben: http://www.muuta.net/

Va de comics

•miércoles 7 septiembre 2005 • 8 comentarios

Lo mejor que he leído en mucho tiempo, y que estoy disfrutando de principio a fin, sin saltarme ni una palabra (porque lo estoy traduciendo XD) es «The walkind dead», con guión de Alan Kirkman y dibujos de Tony Moore (hasta el número 6) y Charlie Adlard (el resto).

Es una serie hasta ahora sin final (lleva 21 números en USA y no se adivina ningún desenlace) que empieza como una historia de zombies típica, muy en la línea de Romero, con zombies putrefactos a montones, que cuenta la historia de un Rick Grimes, policía de una tranquila localidad americana que es tiroteado por un delincuente y despierta del coma en el hospital, plagado de zombies, un més más tarde.

Vale, vale, echa un tufo a «28 días después» que tira de espaldas, no?
Bueno, pues aquí acaban todas las analogías con esta película (muy buena, por cierto). En los primeros números la historia se desarrolla como un «survival horror» al uso, con sus zombies en masa, personajes variopintos y situaciones de una tensión muy conseguida.
Pero pronto vemos que la narración toma unos giros espectaculares, escalofriantes, que dejan con la boca abierta al lector, que acaba con una profunda sensación de frustración cuando ve que ya no quedan más páginas que leer, hasta el próximo número.


Walking Dead

Contínuas y casi sorpresivas entradas y salidas de personajes ocurren con gran maestría narrativa (se nota que el Señor Kirkman sabe enganchar al personal) además de ser unos personajes perfectamente matizados, construídos de manera milimétrica para que cada uno cumpla su función en la historia, cosa que Kirkman consigue con creces.

Paulatinamente, se resta importancia a los zombies, a medida que los personajes se habitúan a ellos (y a su vez el lector) para convertirse en una historia más humana, pesimista en muchos momentos aunque su verdadera filosofía sea el instinto de supervivencia y el cómo nos afecta éste, física y psicológicamente.
Magistral a la evolución de los personajes a ambos niveles, en especial de Rick.

Quizá se le pueda achacar algunos puntos muertos en la narración, interludios intimistas que pueden interesar poco a algunos, pero necesarios sin duda si queremos hacernos con el carácter y la manera de ser de los personajes e introducirnos en los desvíos narrativos de manera nada traumática. Lo traumático lo dejamos para las generosas escenas gore, que son delicatessen para paladares exigentes.

Precisamente, es posible que lo más traumático para el lector sea el cambio de dibujante en el número 7, que pasa a ser Charlie Adlard. Creo que la masa sosial no se ha puesto todavía de acuerdo sobre quién es el dibujante más adecuado para esta serie, pero con el lápiz de Adlard bien afilado y ya a velocidad de crucero sobre esta serie, sería raro verla dibujada por otro dibujante (excepto por Tony Moore, que sigue dibujando las portadas, magistralmente)


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El leit motiv de la historia respeta en muy buena medida la filosofía de la trilogía de Romero en lo que al origen de los zombies se refiere.
Lo omite, y lo deja a imaginación del lector (y de los personajes), dando escasísimas pistas en cuanto al por qué de este escalofriante «fin del mundo».

Esta obra se edita ya en español, en retapados de 6 números. Ya está a la venta el tomo 1, que comprende los comic-books del 1 al 6, aunque la perodicidad no está definida, seguramente por la nefasta gestión de las colecciones de comics de Planeta.
Imaginaos… Cuando fui a comprar el primer tomo, el dueño de la tienda pensaba que era un «One shot» porque ni la distribuidora ni la editorial informaron de que se tratara de una serie regular! Así va el comic en este nuestro país! El tipo flipó cuando le dije que ya llevaba leídos 19 números de la edición USA.

En fin, de obligatoria lectura para todos los amantes del buen comic, aunque no gusten del universo zombie.

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Portada de la recopilación «Los días pasados», números del 1 al 6 de la serie.

Las Fuersas del Orden se aburren!

•martes 30 agosto 2005 • 4 comentarios

Se aburren, oye, pero que se aburren de verdad. Hasta el punto de que he llegado a la conclusión de que en Barcelona ya no existe el delito. Como lo leéis! ALBRICIAS Y CASTAÑUELAS!
Vivo en la ciudad superpoblada más segura del mundo!
¿Qué me hace llegar a esta aventurada y temeraria conclusión?
Vosotros mismos juzgaréis:

Caso 1: Un jueves cualquiera, a las doce y pico de la noche. Ando por mi calle, sin la esperanza de encontrarme un ser normal en la próxima hora. A esa hora, la calle está casi desierta, excepto por los borrachos y los majaras de siempre, a los que voy saludando con sincera cortesía. De repente, unos gritos rompen la monotonía de mi paseo y de paso el silencio en el que mi perro se ve sumido, fruto de un aburrimiento sólo comparable al mío.
Una pareja se pelea a gritos. Parece que va a llegar la sangre al río, pero no. Sólo son gritos y amenazas. «que les den», pienso, y me encamino al frankfurt, mi dispensador habitual de Bock Damm, a tomarme una apetitosa jarra de cerveza, la primera y última del día, a modo de premio por haber sobrevivido un día más.

Siguen los gritos de la pareja, a unos 20 metros del bar.
De repente, aparca un coche de Nacionales, sin duda avisados por algún vecino que, como todo hijo de tal, siente un especial cariño por sus horas de sueño.
Bien, pues en menos de cinco minutos había dos coches más!
En total, tres coches de policía, a dos policías por coche… dan un total de seis policías.
Ah! Me escalofrío de pensar en la fortaleza física que debe tener un ñarra de metro sesenta (no más), borracho perdido, que le echa la bronca a la parienta, la cual no se achanta ni medio gramo, y eso me hace suponer que me hallo ante una «Wonder Woman» de los bajos fondos.
Qué triste que después de pasar las durísimas pruebas físicas y exámenes demenciales en su dificultad no basten dos policías para controlar a «El incríble Hulkito»…

Caso 2: Montaña de Montjuïc, detrás del museo de Arte Contemporáneo. Otra vez paseando al perro. Cuatro Nacionales, dos Mossos d’Esquadra y un Guardia Urbano tienen rodeado a un indigente magrebí que… oh, delito abyecto! lleva una mochila.
Tras un tira y afloja por la revisión de dicha mochila, el indigente les apremia: «pero qué he hecho yo para que me tengas que registrar? en la mochila no llevo nada, sólo ropa y un bocadillo!».
Estremecedora respuesta de uno de los nacionales: «UNA COSA ES LO QUE HAY Y OTRA LO QUE NOSOTROS QUEREMOS QUE HAYA».
Total: Siete policías. El morito se fue de viaje turístico en coche zeta. Una semana antes encontraron un cadáver en la bajada de la calle Margarit, a escasos 10 minutos a pie de donde estaba.
Nadie vió nada.

Caso 3: Estaba fumándome un petardo en el balcón, charlando con mi vecino cuando nos interrumpieron unos gritos salvajes y empezó a congregarse la plana mayor de la comunidad gitana de mi barrio. En pocos minutos había al menos una cincuentena, entre familiares, amigos y curiosos. El caso es que una vecina del barrio había abofeteado a una gitana por vete tú a saber qué disputa.
Desde la acera opuesta, unos gritos más salvajes, si cabe, que los anteriores atrajeron la atención de los presentes.
Era la madre de la chica, un cañón de cien quilos, presa de un tembleque espasmódico, que se acercaba a pasos retumbantes… con un hacha en la mano!
parecía entrar en trance Berseker. Tanto gritaba que costaba entenderla. Parte de la familia la detuvo, pues el padre de la chica ya se ocupaba del asunto, sin violencia, pero con contundentes amenazas (que a buen seguro en eso se han quedado, pues la receptora de tales intimidaciones todavía ejerce su «periodismo de barrio»).
El altercado duró más de quince minutos. La policía apareció al cabo de veinte. Por una vez, tenían cosas mejores que hacer.

Conclusión: Venid a vivir a Barcelona. La ciudad más segura del mundo, donde ya nadie mata, roba ni enseña la polla a los críos, donde los borrachos son pacíficos y los yonquis, millonarios que no quieren tu pasta para nada.

País…